Recuerdos

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Uno, dos, tres

Respira

Cuatro, cinco, seis

Limpia

Siete, ocho, nueve

Sonríe

Diez

Come

Esa era la rutina de Yugi Amane, un chico que lo único que hizo mal en este mundo fue tener un gemelo

Yugi Tsukasa

Es el nombre que representa todo lo malo en este mundo. Él no era alguien a quién tomar a la ligera, no. Con el no te podías meter en broma, si lo hacías era posible que terminarás mal (y con suerte en el hospital)

Los animales eran testigo de ello, en especial los gatos. Coincidencia que Tsukasa actuara como uno cerca de Amane. Eran gemelos y eso significaba que eran físicamente iguales. Pero no del todo

Uno tenía ojos color locura

Otro tenía ojos color miedo

Los lunes eran los peores para el mayor de los Yugi, además de ser el día en que tenía que decir "Si" a todo lo que su hermano menor le decía. Si le decía que lo veía en la parte trasera del edificio a una hora exacta, no podía desobedecer. Si le decía que se verían en los baños de chicas a la hora en la que nadie pasa ahí estaría, si le decía que se verían en la azotea lo haría

No podía desobedecer, era esclavo de su propio hermano.

No todo estaba perdido ¿Oh si? Claro que no. No porque ya la había conocido.

"¡Me llamo Yashiro Nene y estaré frente a ti a partir de ahora, seamos amigos!"

La chica de pelo blanco y ojos color sol, la chica de los tobillos gordos. Era tan dulce, torpe y fácil de engañar.

No podía evitarlo, era tan linda. Y ese era un gran problema, no podía amar a nadie más que a Tsukasa

-¿Ehh? ¿Quién es esa chica Amane?

-Es Yashiro-san, mi compañera

-Espero que no hagan nada inapropiado, Amane. Recuerda que solo me tienes a mí.- Lo abrazó por el cuello y los escalofríos aparecieron

No

Quería decirle que no solo lo tenía a el, pero era algo obvio. Sus padres no estaban la mayor parte del tiempo, no había nadie que se preocupara por el a excepción de Tsuchigomori-sensei

Una paloma cayó muerta en el corredor

-Se ve mejor así.- Tsukasa tomo la mano de su hermano después de decir eso

Quisiera poder estirarme, pero el uniforme es demasiado apretado

Se encontraba callado, giró su cabeza a la derecha, después a la izquierda. De la espalda hacia la fila delante de ella

A Amane le gustan las donas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora