Capítulo 8

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MERAKI.

El día estaba pasando tranquilo y la clase de educación física acababa de terminar, así que salí del gimnasio con dirección a las duchas para asearme y cambiarme el uniforme de educación física por mi ropa casual.

Cuando abrí mi casillero un olor fétido me impactó en la cara, y al abrir la mochila donde estaba mi ropa el olor se hizo aún peor.

Dios mío, ¿Qué es esto?

Mi ropa apesta. ¡Carajo!

Rebuscando con cuidado encontré calcetines terriblemente asquerosos, y cebollas. Maldito seas, Connors.

Resoplé con fuerza y cerré la mochila para volver a guardarla en el casillero y tomar camino hasta el comedor aún con el uniforme de educación física.

Los shorts son cortos y la camiseta al menos cubre correctamente la parte superior, pero ¿saben lo peor? Exacto, esta ropa no me cubre del sol hijo de puta.

Cuando entré al comedor la mirada de varios se posó sobre mí y es muy obvio, nunca uso ropa así a menos que sea en el Blunt, y ni siquiera ahí me destapo tanto. Llegué a la mesa donde mis primos me miraban con confusión y Pepper se quitaba su saco para prestármelo, es cuestión de tiempo para que comience a arder mi piel. Miré en dirección a la mesa donde estaban los Connors y vi a Shake, quien me observaba con una sonrisa de burla y sacudió su mano en mi dirección para saludarme, le saqué el dedo del medio y regresé la vista a mis amigos.

- ¿Acaso te volviste loca? Meraki, no quiero que te conviertas en un trozo de carne seca.- Lloriqueó Travis.

- Tranquilos, solo me hicieron una broma y mi ropa apesta, no puedo usarla así. - Dije y Pepper me pasó un poco de su comida, la verdad no tengo mucha hambre.

- El idiota número dos. - Dijo Pepper y yo asentí. - Pues ahí viene con el idiota mayor.

Nos quedamos en silencio al sentir la presencia de Wave y sus imbéciles frente a nuestra mesa, el imbécil mayor me lanzó una mirada de arriba a abajo mientras se mordía los labios y pude ver periféricamente como Harvy apretaba los puños.

- No sabía que estabas tan buena, Gárgola. - Giré los ojos y resoplé. - Podría hacerte muchas cosas en este momento...

- Será mejor que cierres la boca, Wave. - Espetó Harvy con amenaza haciendo a Connors sonreír aún más.

- Tranquilo, orco, no voy a hacerle nada que no le guste. Aunque sí te colocaría una bolsa de papel en la cara, por si las moscas... - Antes de que pudiera seguir hablando, el gran cuerpo de Harvy saltó sobre él para comenzar a golpearlo, Pepper de abalanzó al cuello del amigo rubio de Wave porque comenzaba a patear a Harvy para sacarlo de encima de Wave.

Travis fue tomado de los brazos por uno de los idiotas mientras el otro lo golpeaba en el estómago incontables veces mientras yo solo estaba paralizada observando el caos que se había desatado por mi culpa.

Me sentía culpable por algún motivo.

Las cosas empeoraron cuando varios profesores y el director se llevaron a Pepper, Travis, Harvy, Wave y su séquito de idiotas a la oficina.

Sé que los castigarán y me sentía terrible, mi cabeza dolía y tenía unas ganas de vomitar gigantescas.

Levanté mi mirada del piso para encontrarme con Shake quien también me miraba perplejo; antes de que pudiera decir nada, salí corriendo de la cafetería y me metí en el baño de mujeres para mojarme la cara y refrescarme.

Este será un largo día.

***

Salí cabizbaja del salón de clases y me senté en el suelo para pensar qué hacer. Castigaron a Pepper y a los salsa, no puedo caminar sola hasta casa y tampoco puedo esperarlos hasta que su castigo termine. No puedo permitir que mamá y papá se enteren de lo que pasó hoy porque eso implicaría que se enteren del estúpido acoso de Wave y no quiero tener que tolerar volver a ver clases desde el hogar por eso.

Estaría la posibilidad de caminar a casa o tomar el autobús si tan solo la ropa que usará me cubriera un poco del sol, pero no, mi ropa apesta y el uniforme es muy corto, así que no tengo opción.

Me quité las gafas y pasé mis manos por mi rostro con frustración mientras tomaba camino hasta la puerta de entrada y seguir pensando en qué hacer.

Tal vez podría llamar a papá, pero...

Me desconcentré de mis pensamientos cuando una mano se cerró en mi brazo y me sacó corriendo hasta llegar a un auto. Al llegar a la máquina me detuve y analicé el panorama, este es el auto de Wave, pero él estaba castigado, quien estaba frente a mí era el tonto de Shake, quien sostenía la puerta del copiloto para que subiera. Giró los ojos y tomó mi mano para que subiera auto, aún desconcertada.

Cuando subió al auto y lo encendió, golpeé su hombro.

- Bien, me lo merezco, pero para la próxima vez avísame y así estar preparado. - Lloriqueó y lo mire con una ceja enarcada.

- ¿A dónde carajos me estás llevando? - Pregunté y el comenzó a conducir fuera del estacionamiento.

- Si me dices la dirección de tu casa, pues a allá, si no, a la parada de autobuses más cercana. - Contestó con la mirada al frente. Yo seguí mirándolo fijamente por unos segundos. - Escucha, girasol, lamento lo que hizo mi primo en el almuerzo, no sé por qué se comporta así.

- Tu estúpido primo es el menor de mis problemas. - Espeté y reacomodé mis gafas en mi rostro. - Me alegra que Harvy le haya dado una paliza.

- A mí también me alegra, en serio. - Dijo y me dedicó una pequeña sonrisa para regresar la vista al frente casi de inmediato. - Lamento lo de tu ropa, pero guerra es guerra.

- Pues espero que estés preparado. - Lo reté y él sonrió. - Vivo en Beverly Street 448.

- Eres una chica dura, ¿Por qué no conduces o caminas a casa?

- ¿Quieres que muera?- Pregunté riendo.

- No quiero ser metiche, pero tengo la leve sospecha de que no deberías estar fuera de casa. - Dijo y suspiré.

-Sospechas bien, no debería salir, pero no le digas a nadie. - Contesté y él asintió.

- Wave dice que tienes alpinismo. - Me reí a carcajadas ante eso.

- ¿Ese no es un deporte?

- Lo mismo le pregunté. - Con su respuesta reí aún más.

- No es Alpinismo, es albinismo, y sí, es una enfermedad incurable.

- ¿Te vas a morir o algo así? - Preguntó cómo si no fuera nada.

- Pues no lo sé, si no me expongo mucho al sol, no. - Respondí y él asintió.

- El castigo durará dos semanas, puedo llevarte en este auto hasta que tus primos lo cumplan.- Me lo pensé, dicen que debes tener a tus amigos cerca y a tus enemigos aún más cerca.

Y aunque él no parecía ser tan estúpido, uno nunca termina de conocer a las personas.

- ¿Por qué eres tan agradable? - Pregunté mirándolo fijamente cuando se detuvo en un semáforo en rojo. - ¿Qué pretende Wave con que te lleves bien conmigo?

Me miró con una gran sonrisa y luego comenzó a reír.

- Eres tan paranoica. - Dijo con burla. - Él no me envió a nada, solo me causas curiosidad.

Decidí no decir nada más ya que estábamos cerca de mi casa.

- No quiero molestarte, a diferencia de Wave, yo no te veo nada fea. - Volví a mirarlo y tenía una sonrisa pícara. - Por ningún lado.- Lancé un manotón a su hombro y él volvió a quejarse.

- Y después yo soy la descarada. - Él lanzó una carcajada y para mí sorpresa llegamos a casa.

- Adiós, pequeño girasol. - Giré los ojos y le saqué el dedo del medio mientras bajaba del auto.

- Adiós, Shake, no hagas nada estúpido.

- No prometo nada. - Y sin más arrancó y yo tomé camino por el jardín hasta el interior de mi casa.

No me cae mal, así que voy a otorgarle el beneficio de la duda.

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