Capítulo 22

1.1K 71 2
                                    

MERAKI.


- ¿Cómo quieres que lo sepa?- La voz furiosa pero en susurros de mi madre me hizo despertar.- Caleb, gana el campeonato y regresa antes de que enloquezca. Te amo, mucha suerte, sé atento.

Respiré profundamente e intenté abrir los ojos, pero la luz que daba justo sobre mis ojos no me lo permitieron. 

- Mamá.- Mi voz estaba ronca, mi garganta dolía y el simple roce con las sábanas hacía que deseara arrancarme la piel para no sentir tanto ardor.

- Tranquila, cariño.- Ella se acercó y trató de tomar mi mano pero un quejido que salió de mis labios hizo que me soltara de inmediato.- Lo siento, mi amor.

- Está bien.- Mis ojos permanecían cerrados y con la poca fuerza que tenía sonreí.- ¿Dónde estamos?

- En la clínica, cariño. 

- Carajo.

- El lenguaje, recuerda que no eres tu padre.- Suspiré y apreté mis ojos para tratar de abrirlos nuevamente.- ¿Qué hacías fuera de la escuela?

- ¿De qué hablas?- Preferí hacerme la desentendida. Comienzo a recordar todo y no me gusta lo que veo.

- Estabas ahogada en lágrimas en el centro de NY, con la ropa y el cabello lleno de bloqueador solar. Tuviste más exposición al sol de la que has tenido desde que naciste y ni siquiera tenías tus lentes ni tu zapato derecho. Me debes explicacio...

- ¿Dónde está papá?- Cambié de tema no porque signifique que no voy a hablar sobre eso... Solo es extraño que él no esté aquí amenazando a los enfermeros.

Ella suspiró y sentí cómo se dejó caer en la silla a mi lado.

- Tuvo que partir a Las Vegas para la pelea final. Quiere que sepas que...

- Que me protegerá, hoy, mañana, y siempre, lo sé. Nadie me ha molestado, solo tuve un mal día, todos lo tienen.

- Hija, tú no lo entiendes, como tus padres debemos evitar que tengas un mal día, y más aún porque...

- Porque estoy enferma, no soy normal y moriré.

- Deja de interrumpirme, sabes que eso es grosero. No morirás, solo debes cuidarte.

- Mamá, ¿Crees que no sé lo que pasa a mi alrededor? Estoy enferma, no soy estúpida.

- No voy a permitir que me hables de esa forma; jamás he insinuado que seas estúpida.

- ¿Entonces por qué soy tratada como una?- Exclamé con impaciencia y ella se mantuvo en silencio.

Las lágrimas comenzaban a agolparse en mis ojos, y los abrí a pesar del dolor de los mil diablos que se posó sobre mí.

- No sé de qué hablas.

- Claro que lo sabes.- Espeté y la miré a los ojos.- Me mienten, me ocultan cosas, me tratan con guantes de seda, como si fuera un animal en exhibición, como si estuviera en extinción.

- Meraki, no...

- ¡Sé que no soy normal! ¿Por qué todos insisten en restregármelo en el rostro?- Ella me miraba mientras sus ojos también se llenaban de lágrimas.- Los escuché, sé que no quieren tener más hijos porque tienen miedo. La pregunta es ¿Miedo por mí o por ustedes?

- No tienes porqué involucrarte en los problemas de tu padre y yo...

- Tengo que hacerlo cuando la culpable soy yo.- Espeté y las lágrimas comenzaron a salir.

- Tesoro, no eres la culpable ni eres un animal en extinción. Eres una chica maravillosa, solo no eres como el resto...

- ¿Por qué siempre lo repiten? ¡Ya lo sé! ¡Vivo con eso! ¿Por qué tengo que ser así?- Luego de eso rompí en llanto a moco tendido.

Me dolía el pecho, las piernas, la piel, la cabeza, los ojos... El alma. De verdad no entendía por qué a pesar de estar rodeada de tanta gente me sentía tan sola.

Me sentía diferente, se preguntarán ¿Porqué el hecho de ser diferente me hacía sentir mal? Y la respuesta es... Porque no importa cuánto intente hacerlo, no veo nada resaltante en mí. Es como si lo único importante de mí fueran mis padres y el albinismo... Pero siento que soy como una lata de virtudes vacía; soy nadie, soy nada.

- Te contaré una historia.

- No más fábulas chinas, por el amor de cristo.

- Sólo escucha y deja de comportarte como una loca.- Las palabras duras de mi mamá me hicieron dejar de sollozar fuertemente. Cuando ella cambia de mamá osa dulce a mamá ruda esposa de un boxeador, no es recomendable molestarla.- Cuando tenía nueve años conocí a un grupo de muchachas que se hicieron mis mejores amigas, en aquel entonces, para toda la vida. Les contaba todos mis secretos, confiaba en ellas y ellas en mí; sus nombres eran Meghan, Alanna y... Courtney.- Reconocí los nombres de inmediato y preferí seguir escuchando.- ¿Sabes? Tu padre se convirtió en mi eterno crush desde el primer instante que lo conocí; era un chico cautivador y un caso difícil, de esos que hacen que te obsesiones en la idea de hacerlos cambiar. Mis tres amigas sabían de lo que sentía hacia él, pero a pesar de que insistían en que le dijera, prefería ahorrarme la vergüenza.

>> Cuando ellos se sentían solos, cuidaba de tu padre, de tu abuelito, y de tu tía como si fueran mis propios hermanos. Estuve ahí incondicionalmente a pesar de que mi vida se estaba cayendo a pedazos. Siempre sentí que debía poner al resto de las personas por encima de mí, por alguna extraña razón, sentí que debía estar agradecida de que me adoptaran y de que alguien quisiera ser mi amiga... como si fuera un pecado acercarse a mí. A pesar de todo lo que di por ellas, me hirieron, me expusieron y usaron mis problemas en mi contra como si fueran cuchillos.- Ella limpió sus lágrimas y acercó su silla a mi camilla.- La única persona que estuvo siempre para mí fue tu tío Josh. No te haces una idea de cuánto sufrí al ver que había perdido a mis amigas. 

- Pero tú y la tía Alanna...

- Ella y yo, ya no somos mejores amigas... Nunca volvió a ser lo mismo pero aun así la quiero con todas mis fuerzas.- Ella suspiró y me miró a los ojos.- ¿Sabes por qué soporté tantas cosas malas de las personas a mi alrededor? Porque no me quería ni me valoraba, me parecía egoísta pensar en mí misma habiendo tanta gente que sufre a diario. A lo que voy; cuando tú no te aceptas y te amas como tal, todos te harán daño. Al final del día, por mucho que lo odies... Lo único que tienes es lo que ves frente al espejo. Yo tenía miedo de estar sola, me forzaba a sonreír y a soportar todo tipo de heridas de quienes me rodeaban porque pensaba que si no lo hacía me quedaría sola... Pero al final del día, tú eres todo lo que tienes. Tú eres tu único objeto valioso, y por ende, debes tratarte como tal.

- Mamá, no soy valiosa.

- Ay, corazón, no digas eso nunca.- Ella sollozó y besó mi mano.- Saliste de mi vientre y de las bolas de tu padre. No te haces una idea de lo que se esfuerza ese hombre para protegerte como loco sin que lo notes y te asfixies... él y yo solo queremos que tú estés bien porque tú eres lo más valioso que tenemos. Eres más de lo que crees, Meraki.

El celular de mamá repicó y tras contestar rápidamente, me miró a los ojos con una pequeña sonrisa.

- Pepper viene en camino con los salsa.- Sonreí y ella se puso de pie.- Iré a ver qué hay de comer en la cafetería y a llamar al set a ver si todo está en orden, vendré en unos segundos.

Pensé en las palabras de mamá... Realmente no me había dado cuenta de que estaba comportándome como una idiota con ella, pero lo que sí había notado es que ella estaba sufriendo tanto como yo, y no quiero ni imaginarme cómo estará papá si ni siquiera puede estar aquí.



FEEL ME.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora