La respuesta

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   Después de ese tierno beso, miré a Roger a los ojos. Era una mirada de disculpas, luego me di cuenta de mi rapidez.

   -Bri, qué fue eso?

Me dijo Roger marcando una sonrisa

   -Realmente, te amo Roger. Fue lo que sentí en ese momento y bueno... Perdón.

Solté sus hombros y me alejé. Él me tomó de la espalda, me dio vuelta y me dijo:

   -Tranquilo, te creo. Y sabés qué?

Y antes de que yo preguntara me agarró del cuello y me besó en puntas de pie. Fue la imágen más tierna que tuve de mi Roggy.

   -Y qué fue eso me pregunto?

Mi sonrisa había aparecido sola. Quería escuchar su respuesta y con eso dormiría tranquilo.

Roger seguía riéndose y me dijo:

   -No puedo hacer eso como muestra de agradecimiento? Quiero que nos veamos después de esta cena. Ahora vayamos a la mesa que John y Freddie se deben estar preocupando.

Me alegró tanto saber que nada había sido para mal que podía hacer cualquier cosa. Roger me tomó de la mano a escondidas y así fuimos hasta la mesa.

   Allí estaban nuestros amigos charlando sobre el clima de esa ciudad y, cuando nos vieron, exclamaron unos reproches sobre el tiempo que habíamos perdido. Roger y yo nos miramos, intercambiamos tiernas sonrisas y contamos absolutamente nada.

   Dimos por terminada la cena y fuimos de vuelta hacia donde nos hospedábamos. Cuando llegamos a las puertas de las habitaciones, mi hermoso baterista me recordó sobre la charla que debíamos tener.

   Pasé por mi cuarto y dejé mis cosas, me cambié la camisa manchada y crucé dos puertas. Llamé a Roger y él me abrió. En ese tiempo se había cambiado por completo. Había corrido todo su pelo para un costado y su camisa tenía abiertos varios botones. Su pantalón ajustado le quedaba precioso, estaba muy lindo, como nunca antes.

Como nunca antesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora