Vas A Volver - Trueno (TERMINADA)

Capítulo 58

Lo mire para que siga hablando y así hizo

-¿Viste el chocolate que desapareció en casa?- preguntó y se escondió en mi cuello

-si- asentí confundida- me dijiste que Camilo se lo había comido -

-bueno...- comenzó a hablar y lo corté

-¿te lo comiste vos?- casi que grité separándolo de mi cuello

-puede ser- se rió sobre mi y trató de besarme

-salí, ahora estoy enojada- fruncí mis cejas y cruce mis brazos bajo mis pechos

-ajam- susurró mirando para abajo, especialmente mi escote

-dale pelotudo- levante su cabeza dejándolo que vea a los ojos

-hay que admirar las vistas - se rió mientras se acercaba a mí cara

-¿entendes que te comiste mi chocolate pelotudo?- le reproche y comenzó a reírse más fuerte

-perdón amor- me hizo un puchero adorable

-no, no quiero hablarte- miré para otro lado ya que todos sabemos que sus pucheros me podían

-mirame y decime que no me perdonas- carcajeó

-no-

-dale amor- volvió a reírse mientras con una de sus manos me movía mi cabeza hacia su dirección, una vez lo vi mantenía su puchero tan morfable

-sos tan estupido- negué mordiéndome en labio y me aferre a su cuello mientras lo atraía a mi

-bien que a este estúpido lo queres- se hizo el superado

-no lo quiero negué y me miro alzando una ceja

-lo amo- me reí y lo besé, uno de sus brazos bajó a mi cintura comenzado a colarse por mi remera y acariciar mi estomago

Lentamente comenzó a tratar de levantarla hasta que sonaron varios toques en la puerta

-la puta madre- susurró escondiéndose en mi cuello, dejo un beso en esa zona y se separó de mi, lo miré riendome y cuando se dio cuenta agarro un almohadón

-¿Interrumpimos? - preguntó Valentin entrando con toda la banda a la habitación

-siempre interrumpen- bufó Mateo mientras se acostaba en la cama tapando su notable erección

-se pone molesto el negro porque le cagamos el garche- se rió Camilo sentándose en las piernas de su novia quien estaba en los pies de la cama

-puto- le dijo sacándole el dedo medio, negué y me paré de donde estaba sentada para alzar a Benjamín quien estaba llorando, miré a todos mientras hablaban y se reían y ahí entendí, eran mi mundo entero

Salí al balcón en el cual había dos sillones bastantes grandes, me acomodé a Benja en el pecho y comencé a darle una vez me tapé con la manta, el aire puro me encantaba, ver el sol en su pleno esplendor, personas paseando por la calle, que desde la altura en la que estaba eran casi hormigas, autos yendo y viniendo sin cesar y el sonido del viento lo amaba

-¿que haces solita?- reconocí su voz ronca al segundo

-respirando un poquito bocon- le Sonreí cuando clave mi mirada en él, se sentó frente a mi en el otro sillón y me sonrió

-te veo con más luz- me confesó mientras miraba el paisaje que estaba frente a nosotros

-¿cómo con más luz?- pregunte confundida

-estas feliz y sonreis por boludeces, volvió la Roma de siempre- me sonrió tierno

-te amo - le confesé y era así, Nacho había sido desde que nos conocimos el más apegado a mi junto a Valentin, después de todo el tema de Mateo, Mauro me había apoyado demasiado, pero desde un primer momento Ignacio era mi todo