Son cerca de las 7 pm. La delicada luz de los últimos rayos ahogados de sol se reflejan en los edificios del norte de la ciudad, donde un terrible aguacero está ya lejos de haber iniciado.
No importa lo que está sucediendo en este preciso momento, los ruidos de la cuidad ahogan con facilidad los desesperados gritos del hombre al que estoy dando una lección. Un poco de sangre chorrea a un lado de su nariz y resbala rápidamente por su mejilla.
-¡No! Por favor suplica el hombre balbuceando palabras ilegibles; te...te... que nunca volveré, no volveré a poner un pie en esta calle!
Te lo ruego deja...
No lo dejo terminar la oración cuando le doy un puntapie.
Escúchame bien- digo. -¡No solo no volverás a poner un pie en esta calle, quiero que te vallas de la ciudad y no
quiero volver a verte!- exclamo.
El hombre masculla: un Pero...
-¡Pero Nada!-Le ordeno.
-Contare hasta 3 y si cuando termine no te has ido, te arrepentirás.
El hombre, se incorpora rápidamente y comienza a arrastrándose fuera del callejón
-Unoooo...
Ese acelera el paso y comienza a correr cojeando
-Doooss...
Finalmente se apoya en la pared ya tan solo a unos pasos de la calle y se marcha.
Inmediatamente me volteo y miro con rapidez buscándola con la vista, mi pequeña Valery está temblando y con los ojos llorosos.
Inmediatamente la abrazo y le susurró al oído: tranquila ya paso.
-No te lastimó ¿cierto?
-No, estoy bien, me dice con la voz entre cortada y con la respiración aun agitada.
La separo de mí y la miro directo a los ojos
-Valery ¿pero qué rayos hacías por aquí a estas horas? Sabes lo peligros que es. ¿Cuantas veces te lo he dicho?-digo con severidad
-lo siento Ryan, me dice.
Estaba volviendo de casa de los Anderson. Ahora trabajo allí por las tardes ayudando a la mamá de Peter, pero hoy hice algunas labores extra y el tiempo se me fue volando. Lo siento mucho
El viento le juguetea su sedoso cabello, rubio como rayitos de sol, tirándolo por encima de su rostro y sus ojitos de un azul intenso me miran temblorosos.
La expresión de dolor en su rostro es suficiente para romper mi corazón, ella es la única que puede causar este efecto en mí, la amo de verdad.
Valery, es una pequeña niñita de 10 años, es huérfana de padre y no tiene hermanos. Su madre trabaja la mayor parte del día para ganar el sustento de la casa.
-Bueno por lo menos ahora sé que tu rastreador funciona y puedo estar más tranquila.
Suspiro con una sonrisa en el rostro.
-vamos te llevare a casa.
-Gracias Ryan, te quiero
Inmediatamente me abraza y me da un beso en la mejilla.
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Ciudad Ryan
Teen FictionSabes que no eres normal. sin embargo allí estas tratando de seguir adelante,hasta que tu pasado se revela y te aplasta. Ryan sabía que tarde o temprano algo así sucedería el pasado saldría a la luz junto con miles de cuestionamientos y tendría qu...