Delta Halo

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Gran Caridad, horas antes del descubrimiento de Delta Halo.

Narración: Jorhum.

Si hay algo que si me dejó marcado el juicio que tuve, es que tenía que con mis heridas expuestas, la marca del hereje podía contraer alguna infección si permanecía mucho tiempo debajo del traje de cuero que usamos los élites debajo de la armadura podía dar origen a una grave enfermedad.

Inquisidor: *se despierta de su habitación en el templo* ahh *toca su herida en el pecho* ¡Ah!, No puedo dormir bien con esta herida *se levanta de su cama y se dirige hacia el baño de la habitación* apenas si ya cicatrizado la marca *toma un trapo el cual remoja y empieza a limpiar la marca y sus heridas en la espalda* esto me va a dejar una cicatriz.

Luego de limpiar mis heridas abrí el armario de mi habitación donde estaba las partes de mi armadura de los brazos, torso y el casco, ya que suelo dormir con el resto de la armadura puesta.

Inquisidor: *antes de ponerse el resto de su armadura ve la cicatriz de la quemadura que tuvo hace años* Vera, me pregunto cómo estarás, quizás crees en estos momentos que estoy muerto *suspiro* quisiera al menos que los jerarcas me permitieran salir del templo para poder verte pero ahora que acepté ser Inquisidor perdí mi libertad y ahora debo servir completamente a los profetas *se pone el resto de su armadura*.

Salí de mi habitación y comencé a explorar el enorme templo, como no había alguna misión prioritaria podía estar tranquilo, ¿Pero a qué costo? No podía ver a mis amigos, solo a Jarrus y Oz.

Inquisidor: (que horrible es ser el Inquisidor).

Jarrus: saludos Inquisidor.

Inquisidor: Jarrus, ¿Qué haces aquí?

Jarrus: solo de paseo, quería ver cómo estabas.

Inquisidor: pues la verdad bastante mal, pude finalmente ser el Inquisidor pero perdí mi libertad, no puedo salir de aquí por órdenes de los profetas y ese Trauk me está vigilando, y ni siquiera se porque tanta desconfianza hacia mí, quizás temen a que haga lo mismo que Ossmur.

Jarrus: otra vez el idiota de tu hermano destruyendo tu vida, pero eres el Inquisidor, el mejor guerrero elite de todos.

Inquisidor: *toma un poco de agua* ¿Cómo está Vera?.

Jarrus: hice lo que me pediste, pude verla bastante triste, de verdad te ama o sino no se habría puesta tan mal.

Inquisidor: quizás lo mejor es que no sepa que sigo con vida y debería buscarse a alguien.

Jarrus: no seas Imbécil, tienes a una mujer que te aprecia como eres, incluso antes de que te pudieras esa armadura, te ama y tú la amas, después de esta guerra podrás vivir tu vida y cumplir la promesa que le hiciste.

Inquisidor: no lo sé.

Jarrus: podrás casarte, y como ahora eres el Inquisidor podrás tener hijos y estar con ellos para darles una mejor infancia que tú tuviste.

Inquisidor: ni siquiera sé si quiero tener hijos.

Jarrus: hace diez años tu me dijiste que querías 3 hijos y 1 hija, podrás cumplir ese deseo, no abandones a Vera, ella nunca te abandono, si lo haces te verás como un completo desgraciado, hasta un tonto como yo lo sabe, solo confía en tí *se va*.

Inquisidor: necesito un trago.

Me dejó pensando lo que dijo Jarrus, quizás si tenía oportunidad para recuperar mi vida y poder formar una familia, pero eso se vió interrumpido cuando Gran Caridad y toda la flota estaba preparando el desliespacio, según porque el profeta del pesar encontró otro anillo sagrado así que me preparé para cualquier misión que los profetas me asignaran.

Guerrero Sangheili, Una Historia Alterna De Halo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora