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— ¿A qué se debe esa cara tan pensativa? —observó como su madre se acercaba con un rostro interrogativo y suspiró, a pesar de que estaba en sus cuarenta casi que no se le notaba y no lo aparentaba tampoco, era mucho más pequeña de estatura y cuerpo que su hijo y reflejaba juventud aún. La vastaya se sentó a un lado de él y dejó una tarta de chocolate sobre la mesa, hizo un ademán con la cabeza para que comenzara a hablar sobre lo que le estaba molestando.—
— ¿Que sabes sobre las religiones que se siguen practicando hoy en día? ¿Hay alguna donde marquen el cuerpo de sus creyentes con letras de otro idioma o algo parecido? —probablemente había sido de alguna manera bastante específico, su madre lo miró con curiosidad y supo automáticamente que se dio a la idea de que buscaba saber sobre los lunari. Posicionó su mejilla sobre la palma de su mano pensando por un momento y luego decidió responder.—
— ¿Viste algo raro en tu amigo? Bueno, realmente no puedo responderte con certeza y poco se sabe de los Lunari, hijo. Pero de igual forma creo que no deberías entrometerte en los problemas familiares ajenos, cada familia cree o entrega su fe a lo que les parece más conveniente. No deberías intervenir en lo que hagan sus padres. Podrías acabar en un gran problema, Settrigh. Recuerda que la magia maligna no existe, solo existen los que la vuelven de ese modo con fines retorcidos. —su madre tenía un punto, quizá entrometerse donde no lo habían llamado supondría un gran problema para él o incluso su progenitora, y no quería eso. Pero no podía hacer vista corta a las marcas de Aphelios, si algo malo estaba pasando en su casa le gustaría ayudar aunque sea para que nada termine con un mal final.—
— Pero, mamá. El otro día vi unas marcas extrañas en los brazos de Aphelios.
— Algunas personas se tatúan versículos provenientes de las palabras pactadas en su religión, hijo. No es nada nuevo.
— No es sólo eso, mamá. Tenía cortes y moretones alrededor también, creo que algo malo está sucediendo con sus padres y no quiero que sea demasiado tarde para actuar. No somos amigos y nunca se me hubiera cruzado por la cabeza hablar con él si no fuera por el proyecto, pero no puedo evitar preocuparme. —sus orejas cayeron en señal de angustia y su madre las acarició con delicadeza, suspiró y le regaló una amable sonrisa. Estaba feliz de haber criado a un niño tan encantador y benévolo, pero le preocupaba que esta actitud lo llevara a terminar mal de alguna manera.—
— Mmh, eso ya es más preocupante. No me gusta oír sobre familias que utilizan la violencia como método para estructurar a sus hijos. Pero nosotros no podemos ir y meternos así como así pequeño, ni tampoco llamar a las autoridades de Navori sin pruebas. Puede costarnos la vida a ti y a mi si acusamos de abuso físico a sus padres y demuestran lo contrario de alguna forma. Creo que deberías estar seguro de que algo así está pasando en esa casa, hacer hablar a Aphelios.. —su madre parecía algo consternada por lo que Sett le había contado, era de alma sensible. Probablemente sentía la misma impotencia que su hijo pero ella tendría sus razones para no querer intervenir.— De igual forma, Sett, cariño; recuerda que somos simples vastayas. Nosotros quizá vemos esta situación de mala manera pero ese tipo de gente desde muchos años atrás que viene siguiendo al pie de la letra estas acciones y no reciben un castigo por ello, incluso en estos tiempos. No hagas nada alocado, ¿si? No hasta estar seguros.
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sadderdaze. ─ sett x aphelios. setthelios
FanfictionÉl tiene una gran cabeza llena de basura y habla cada vez que puede.