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✶𝔐𝔞𝔩𝔩𝔢𝔲𝔰 𝔇𝔯𝔞𝔠𝔬𝔫𝔦𝔞✶
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Ella se desvaneció, y el espejo le devolvió al joven príncipe su reflejo, sus aterradora figura, sola una vez más. Extendió su mano, quiso ir tras de ella, pero sus dedos chocaron contra el firme cristal. No pudo evitar caer de rodillas al suelo, su soledad había vuelto para atormentarlo otra vez.
Ya debería estar acostumbrado, pero por más que se empeñara en negarlo, jamás se acostumbraría.
Por fin había encontrado la amistad, la chispa que tanto había añorado y le hacía falta a su vida...
Y la había dejado ir, quedándose en tinieblas otra vez.
Normalmente era bastante bueno soportando el frío, increíblemente bueno. Había caminado en interminables tormentas de nieve durante su vida, pero ahora que había conseguido un sitio cálido y acogedor donde refugiarse por un tiempo, la tempestad lucía más feroz que nunca, tanto que le congelaría hasta los huesos.
Volver a su solitaria vida se sentía como volver a la furiosa nevada estando completamente desabrigado. Su piel extrañaría sentir calor.
Pero, no era tiempo para melodramas. Anhelaba verla de nuevo, y no lo lograría lamentándose día tras día. Tenía la eternidad entera para sentir lastima por sí mismo, pero la vida de ella, a diferencia de la suya, estaba atada a un reloj cuyas agujas se movían sin pausa y sin piedad alguna.
Era uno de los hechiceros más poderosos de su mundo, no se quedaría cruzado de brazos. Utilizaría todos los recursos que estaban a su alcance, conseguiría la forma de cumplir su promesa aunque no tuviese idea de cómo.
Sus sueños eran el único lugar donde podía encontrar algo de calma.
Pero, empezó a impacientarse al no conseguir resultados. Estaba acostumbrado a hacer las cosas solo, a su manera, pero no estaba resultando, y con cada luna que salía y se escondía, su ansiedad aumentaba más y más. No tenía problemas escondiéndolo de Silver y Sebek, pero Lillia siempre lograba leerlo con suma facilidad.
Hasta que cierto día, algunos rostros familiares fueron a saludarlo.
—Odio admitirlo, pero... —Azul suspiró—. Trabajando por nuestra cuenta, jamás encontraremos forma de cruzar a su mundo.
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𝐓𝐖𝐈𝐒𝐓𝐄𝐃 𝐖𝐎𝐍𝐃𝐄𝐑𝐋𝐀𝐍𝐃; 𝐎𝐧𝐞-𝐒𝐡𝐨𝐭𝐬
RandomTwisted Wonderland no me pertenece. Créditos a Aniplex y a mi Diosa Yana Toboso.