QUE COMIENCE EL JUEGO

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CAPITULO 4

Llegaba al trabajo, segundo día hoy vestía un vestido a la rodilla, mangas tres cuarto , escote corazón, era color blanco con estampado de flores tulipanes mis favoritas en tonos marrones negras bordo, unos zapatos bajitos color negros y una chaqueta de hilo negra con una chalina en el cuello tengo el pelo suelto decidí soltarlo porque no había forma de peinarlo, tiene vida propia y yo aprendí a no llevarle la contraria, ya estaba entrando la primavera una época hermosa para muchos pero vamos a ser sincero las alergias que produce el polen nadie quiere y yo entraba en ese grupo, llevaba varios pañuelos en mi pequeño bolso también negro porque mujer precavida vale por dos.

Decidí venir mucho más temprano a las 7 ya estaba parada en frente de la empresa decidí entrar y había pocas personas, algunas llevaban un café en sus manos lo que se me antojo era un buen capuchino caliente pero hoy a la mañana no pase por la calle de john no quería aprovecharme de él.

Pase por la cafetería lo bueno es que en ella solo muestras tu credencial de empleada y no tienes que pagar. Elegí y me puse a caminar hacia mi oficina. En el ascensor cuando llegue se encontraba un muchacho con un aire bastante arrogante, no le preste atención y subí, quise apretar el piso donde iba, pero ya lo había seleccionado. No me sorprende había otras secciones aparte de la ubicación de la oficina del presidente y copresidente

-Una mujer tan bella como usted en esta empresa ¿dígame que necesita? - dijo el chico de ojos castaños pelo negro la altura de Erik y calculo que deben tener la misma edad, su traje era tan apretado que en los hombros resaltaban, nada que ver con Erik.

-¿Disculpa? - dije haciendo una cara de que dijiste estúpido

-Disculpa aceptada bombón- un verdadero idiota. No conteste nada solo hice un paso más lejos de él.

-Vamos no tengas miedo, ven- dijo acercándose paso a paso a mi mientras que me acorralaba en la esquina. La subida de este ascensor era demasiada lenta, lo único me distanciaba era el capuchino de mi mano

-Puedes alejarte- dije intentando empujarlo, en vano claramente era más fuerte que yo.

-Poder puedo, pero no quiero, no hay que alejarse de las cosas bellas de la vida. - estaba asustada cerré los ojos con fuerza intentando desaparecer. Cuando se abrió las puertas

-Que crees que haces Adam. - por primera vez me tranquilicé al escuchar esa voz, inmediatamente me escabullí para salir de allí hasta detrás de Erik

-Erik amigo, no vez conociendo a las- me miro de arriba hacia abajo. Hizo una risa de típico arrogante. Claramente Erik no le gusto su vena de la frente y la del cuello empezaron a hincharse hasta que agarro la camisa del supuesto Adam y lo saco del ascensor al contrario de Erik este se encontraba totalmente divertido ante la escena.

-Ni se te ocurra volver a verla y hablarle así. - dijo clavándole la mirada

-¿O sino qué? Ya hemos pasado por esto muchas veces deberías relajarte hermano. - quiso responderle con un puño, pero le agarré el saco y le di un tironcito leve y se dio vuelta me miro, respiro hondo y lo soltó. Gracias a dios mi corazón volvió a bombear sangre, puedo ser en ocasiones dramática y exagerada pero esta vez la tensión en el aire podía ser cortada con un suspiro.

-La próxima vez te partiré toda tu cara de engreído. - dijo con una sonrisa en la cara acomodándole el traje

-Como cuando Jessica te engaño conmigo- dijo provocándolo con una sonrisa, y lo logro en un segundo se dio vuelta y le estampo su puño en la cara de la escoria humana (derechos reservados Ali)

No alcance a frenarlo que ya estaba pegándole en sima de Adam intente gritarle para que se separaran, pero no lo conseguí busque mi teléfono y llame a Dave mientras dejaba en una mesa mi capuchino

Mi última lágrima, mi primera sonrisa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora