MI FINAL

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Introducción

¿Alguna vez pensaste que si cambiaras tu vida que pasaría? ¿qué ocurriría si por unos meses desapareces y te conviertes en otra persona? Últimamente ese tipo de preguntas me están rondando por mi cabeza… “que pasaría…”
Mi vida fue en decadencia desde el accidente del 10 de mayo de 2008, falleció mis padres solo era una pequeña niña de 13 años. Cada noche sueño con aquella tarde…

- ¡jane hija apúrate! -gritaba mi madre- tu padre nos está esperando.
-ya te escuché mamá- le contestaba.
Nos dirigíamos a un parque para hacer tarde de picnic que estaba saliendo de la ciudad, había insistido tanto ese día para poder ir…  corrí hasta el auto, me subí y arrancaba el viaje con destino: mi final. Mis padres se amaban, me amaban. En el viaje ellos cantaban nuestra canción, una que mi mama me había escrito cuando nací, yo enojada les grite: dejen de cantar, ¡esa canción me canso! No era que la odiaba… pero ese momento era una niña consentida. Mis padres no se detuvieron cantaban mas fuertes yo agarre mi mochila y les pego a los hombros de mi padre que iba conduciendo, todo era risa hasta que, llegando al puente, se cruzó un animal mientras le seguía golpeando suavemente y un momento a otro ya nada era risa, mi padre perdió el control del vehículo y se terminó dando vueltas hasta caer al lago…”
Desperté toda traspirada con una pequeña lagrima en mi mejilla derecha y con una leve presión en el pecho busque mis remedios recetados por el psicólogo que asisto hace 10 años, la misma pesadilla durante 12 años, mi vida … no era vida. Seguía atormentándome vez tras vez, aunque me haya quedado una leve cicatriz cerca del tobillo y, la que más me duele es, la del corazón. No recuerdo lo que paso después ni como Sali con vida, lo que sigue inolvidable era la imagen de una pequeña niña cubierta de golpes sintiéndose culpable llorando desesperadamente en frente los cuerpos de sus padres ya enterrados repitiéndose constantemente “esto no debió pasar”
Mi abuela me llevo a su hogar. Durante 4 años la cuidaba le daba medicamento hasta que falleció de leucemia, luego me fui a lo de mi tía, pero él era un desgraciado alcohólico golpeador cada noche llegaba con una botella dispuesto a golpear a mi tía hasta matarla, se detenía cuando me veía escondida detrás del sofá tratando de respirar. Así fueron mis 3 años en esa casa, al cumplir 20 años conseguí un empleo y pude alquilar un departamento. Insistí a que mi tía se mudara conmigo, pero no quiso. Con el tiempo ella se divorció y se mudó de país, por otro lado, mi etapa escolar lo hice online, no tengo muchos amigos me encontraba…  sola en mi departamento, sola en la vida.
Al cerrar la puerta me encontré con el mismo papel de desalojo por retraso de pago del alquiler es el cuarto ya en el mes suspire pesadamente tengo que encontrar un lugar para quedarme. Me dirijo a mi lugar de trabajo que es una cafetería y mi jefe me da la noticia de la mañana: DESPEDIDA por recortes en el personal, pero debía trabajar ese día para recibir la indemnización. Sin empleo, pronto sin casa, sin familia, ¿acaso mi vida puede empeorar?
Termine mi último día de trabajo, caminando de noche volviendo a mi hogar Llamo a mi única amiga Emily.
-hola Jane – contesta enérgica-
- fui despedida-solté sin rodeos con voz apagada
- oh no jane lo lamento tanto… apenas me desocupe me paso por tu casa.
- ok te espero. Nos vemos.
- adiós!! Te quiero, recuérdalo- hago una pequeña sonrisa, que se desvanece por completo
Después de cortar la llamada empieza a llover, que mal momento para no llevar un paraguas. Mi vida parecía un show de televisión con una sola temática “desgracias” me detuve a mirar la lluvia ¿Por qué a mí? Intento ser feliz pero mi vida no colabora. Lentamente cierro los ojos dejando que la lluvia me cubra por completo, siento las lágrimas calientes deslizándose por mi rostro un detrás de la otra, es mi fin. Deseo que todo esto acabe ahora mismo.
Siento que una luz me encandila, el ruido de la bocina, yo toda empapada, todo daba vueltas otra vez revivía aquel día. El freno me devolvió a la realidad o a la misma pesadilla, me desvanezco y caigo de rodillas al suelo todo embarrado, mis lagrimas me nublan la visión. La voz de una niña de 13 años retumbaba “mamá… papá… “

Mi última lágrima, mi primera sonrisa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora