Capítulo 2

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—un pequeño ruido se aproximó dentro de la casa...deje a un lado el pequeño homenaje y abri la puerta trasera,creí que no había nadie

-¿Hola?, ¡soy Zelda!, no era mi intención invadir la casa—grité —¿Hola?

—parece que solo fue el viento, la casa estaba muy elegante por dentro, pero de igual manera era vieja, pequeña y sombría, la oscuridad arrasó con ella. A lo lejos se miraba una pequeña biblioteca, junto a ella estaba el comedor, y la puerta delantera que tenia seis pequeñas ventanitas por las que entraba un pequeño rayo de luz, a un lado habia unas escaleras de madera, que con tan solo observarlas podías deducir que rechinan al subirlas, habia un pequeño cuarto sin puerta al parecer era la cocina.

-Bueno profesor, muchas gracias por permitirme estar en su casa—parecía loca hablando sola—gracias por to...

-¡oye!—dijo una extraña voz

—me paralice, tenia la piel de gallina, ¿un fantasma?, se escuchó muy profunda la voz, di la vuelta lentamente...

-no, no era mi intención interrumpir mi entrar a la casa, yo sólo, me voy.

—de la oscuridad salio nuevamente la voz

-no te vayas, escuche que le llamaste profesor a mi padre

-¿padre? —creí que no tenia familiares aquí

-el salió el sábado por la noche, muchas veces faltó a la casa una noche, y llamaba cuando lo iba a hacer pero esta vez, pero no se nada de él, estoy preocupado. ¿ Sabes algo de él?

—a pesar de su voz tan gruesa, no podía dejar de ser tierna y temerosa, su piel la cubría la oscuridad, y solo se asomaron dos de sus dedos delgados y blancos con uñas largas y descuidadas, para una presentación, solo conocía sus dedos

-oye chico, tu, padre, él profesor, falleció, ¿nadie te dijo nada?—dije confundida

-¿qué?, ¿él?, ya veo...

-¿Quieres que te ayude en algo?, ¿quieres que llame al servicio funerario para ver si hay algún error?—le dije preocupada

—esto es demasiado raro, Sthephen dijo que no tenía ningún familiar, hubo un error muy cruel, este chico dice ser su hijo

-no te preocupes, esta bien, yo sabía que el día que mi padre muriera, no iba a poder acompañarlo

-lo siento mucho, traje algunas cosas para él, las deje en tu jardín, espero no haber molestado—es lo unico que salio de mi mente, este chico se escuchaba demasiado confundido—perdona mis modales soy, Zelda.

-gracias por eso, ¿puedo darte la mano?

-seguro—me acerque a el de prisa y entre más cerca, más su silueta conocia, llegué a el y le tome sus dos dedos blancos, sacó su mano completamente y me estrecho de manera cálida

-soy Castiel

mi corazón palpitaba rápido, cuando tome su mano, salió a la luz, el...Comenzare a gritar... Corre Zelda.

CONTINUARA...

BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora