Tacticas que nunca pasan de moda

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Narrador omnisciente
La mañana siguiente se hizo presente y Sakura ya estaba organizado sus cosas para partir hasta el hospital. Sabia que tan pronto entrara por esas puertas sería abarrotada de trabajo, cirujias, interconsultas, análisis y entre otras más cosas que tenía que realizar ese día, será más que un día largo, se cuestionó al abrir la puerta de su casa. Por instinto su mirada se dirigió al suelo y visualizó una pequeña ramita de cerezo la cual tenía una pequeña carta atada y doblada con delicadeza. La recogió en su mano y abrió el delicado papel que contenía.

Buenos días mi flor de cerezo:

Escribo esta carta no sólo para recordarte la hermosa y poderosa mujer que eres, si no también para desearte un hermoso día ya que hoy te van ahogar de trabajo al igual que a mi. Espero no te moleste, pero pasaré a visitarte el medio día y que no se te olvide sonreír pues eso es lo mejor que existe para quitar la amargura del alma...

Atentamente:
𝓚𝓪𝓴𝓪𝓼𝓱𝓲 𝓗𝓪𝓽𝓪𝓴𝓮

Sintió como su corazón bombeó con fuerza con cada palabra, como la sangre subía hasta sus mejillas haciéndola ruborizar y como una sonrisa estúpida se reflejaba en su rostro, .desde cuando no la trataban así?. Se sintió aliviada de que su inner aún no despertase porque si no la estuviera fastidiando todo el día por lo que la carta le hizo sentir. Kakashi era todo un caballero y ahora lo confirmaba más. Guardo la carta en su bolso y se dirigió nuevamente al interior de su casa y después de colocar la ramita con las flores de cerezo en un jarro con agua volvío a salir en dirección al hospital, pero esta vez con una sonrisa que iluminaba su ser. Después del largo camino hasta el hospital, al fin había llegado y como lo había provisto fue abatida de miles de papeles los cuales estaría revisando y aprobando en todo el día, una vez de dirigirse y llegar hasta su oficina se encerró en ella. Las horas pasaron y pasaron y la pelirosa se mantuvo muy concentrada en su labor de jefa del hospital al ver que ya era su hora de almuerzo se despegó un momento de la montaña de papeles, pero para su mala suerte había dejado su almuerzo en su casa. Después de maldecir y reprenderse así misma en voz baja por su distracción volvió a hundir su nariz en aquellos papeles; tanto que no se había percatado de aquel hombre que la miraba con ternura desde una de las ramas que daba a la ventana de su oficina.

-Sakura...

Interrumpió.

La chica al escuchar su nombre dio un pequeño salto en si misma por la repentina voz y alzando la mirada en dirección a donde provenía pudo visualizar al hombre sentado en la ventana de lo más divertido por su reacción.

- ¿Cuanto llevas ahí?.

- Por Konoha, desde cuando ese hombre se puso más bueno de lo que estaba...

- No empieces.

Cuestionó a su inner, de verdad era más feliz cuando se había desaparecido.

- Lo suficiente para verte hundir de nuevo la nariz en ese papeleo.

- No mucho, ¿y que se te ofrece Sexto? ¿a que debo su visita en mi oficina?

- Uff yo a ti te ofrezco lo que sea bombón.

- Shhh'.

- Quería verte y saber como estabas, también traje el almuerzo pensé en que podías comer juntos...

La chica quedó enbobada par luego empezar a reírse confundiendo en totalidad al peliplateado.

Un cerezo en invierno {𝓚𝓪𝓴𝓪𝓼𝓪𝓴𝓾}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora