Esto definitivamnete se salió de control...

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Advertencia este capítulo tal vez les de diabetes por la cursilería XD

- Llamaste...

Al peligrisaceo notar la cara atónita de la chica entendió su confusión.

- Las ventanas siempre serán un buen objetivo para entrar en cualquier lugar.

Confesó sin interés alguno.

- Estupido...

Susurro la pelirosa con una sonrisa de lado mientras limpia los rastros de sus lágrimas.

- Enserio ¿cómo le hace para aparecer en los momentos indicados?.

~Ni yo lo se~

- ¿Vienes a mi o yo voy a ti?.

Vio como este la esperaba con lo brazos abiertos y con una mirada de comprensión, ¿cómo podía demostrar tanto con tan solo sus ojos al descubierto? poco a poco se levantó, caminó con suavidad hacia él y apoyó su cabeza en su pecho dejándose abrazar por el alto hombre frente a ella. Y sin más rompió nuevamente en llanto.

- Por más que intento no puedo evitar llorar... no puedo evitar sentirme culpable...

- Tú no tienes la culpa de nada Sakura, el culpable es el...

- ¿Porqué? si yo fui la que...

- Shhh', simplemente es un pecado causar lágrimas en un rostro que te a dado las mejores sonrisas...

- Gracias...

- Denada, sabes una vez me enamore muchísimo e incluso igual que tú ...

- ¿Ah si?

Interrumpió Sakura saliendo de los brazos del peligrisaceo y mirándolo directamente a los ojos con suma sorpresa.

- Si aunque sea difícil de creer... tanto que cuando esa persona me dejó, sentí que me moría. No pare de llorar durante meses. Y mírame, no me morí. Y estoy bien, tú también lo estarás solo es cuestión de tiempo. Sabes ¿porqué?

- ¿Porqué?

-  Porque una persona que no te ama no merece tu sufrimiento. Deja de culparte por algo que no es verdad, no fuiste tú quien falló lo diste todo el fue el que no supo valorar a la tan increíble chica que tenía. Y por eso...

- Me perdió...

- Te perdió...

Volvió a esconderse en el pecho y de un gran suspiro le abrazó, pero esta vez se dejó deleitar por su aroma y los latidos de su corazón el cual por alguna extraña razón latía más rápido de lo normal, mientras este le daba leves caricias a su cabello, se quedaron así por uno largos minutos solo se dejaron disfrutar la compañía del otro.

- Es un gran hombre... no como el imbécil de Sasuke, hasta te abraza.

- ¿Mejor?.

- Mejor y recuérdame cerrar esa ventana.

- ¡¿Porqué?!

Contestó en manera de capricho.

- ¿Acaso eres consciente del susto que me diste?.

- ¿Y eso qué?

- Como que eso que,  si tú entraste por ahí alguien más puede idiota.

- No le dire a nadie.

Lo único que recibió de contestación fue un buen palmetazo en el pecho para luego separarse de lo cual se quejó como un niño pequeño.

Un cerezo en invierno {𝓚𝓪𝓴𝓪𝓼𝓪𝓴𝓾}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora