Interludio

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Kaminari Denki y Shinsou Hitoshi eran la pareja que más daba de que hablar en U.A. Llevaban alrededor de 7 meses juntos y aun así los adolescentes de toda la academia seguían cotilleando acerca de ellos. Siempre escuchabas algo distinto, desde preguntas como: ¿hoy se tomarán de la mano?, ¿vendrán juntos a la cafetería?, ¿se darán un beso? Y el tema que siempre abundaba entre la población estudiantil:

— Entonces ... ¿Cómo es que terminaron juntos? — Preguntaba una chica pelinegra recargada en la palma de su mano mientras se acomodaba en una mesa de la cafetería.

— ¿Vamos a tocar diario ese tema? — Respondió con cierto enfado una castaña.

— Agh, es que no entiendo como sucedió.

— De todas maneras, para qué quieres saber, los romances de los demás no se deben de entender, solo amarlos. — Dijo con algo de obviedad.

— No digo que no los ame, se les mira perfectos juntos, pero ellos parecen polos opuestos; Kaminari es una enorme luz cegadora, siempre sonriente, despreocupado, alentador y enérgico, mientras que Shinsou es calmado, analista, mucho más serio y reservado.

En ese momento la pareja estaba dando un deleite visual, entrando a la cafetería tomados de la mano mientras un muy alegre Kaminari dirigía a Shinsou, quien trataba de ocultar una sonrisita por cómo estaba actuando su novio. Todo había quedado en silencio por verlos tan lindos, hasta que Shinsou dirigió su mirada a las mesas y de inmediato todos se voltearon, excepto las dos chicas que estaban hablando de la pareja. 

— Solo míralos, son como la noche y la mañana. — Volvió a objetar la pelinegra.

— Yo creo que son más complejos que eso. — Respondió más tranquila la castaña, sin dejar de ver los movimientos de ambos chicos. — Podrías decir que son muy diferentes, pero ¿es que acaso los polos opuestos no se unen? Puede ser para bien o para mal, es decir, hasta los imanes se atraen, se complementan como los electrolitos en tu cuerpo; cargas positivas y cargas negativas.

Simplemente míralos, Kaminari puede darle la vitalidad extra y sonrisas a Shinsou y él por su parte le transmite esa calma y serenidad. Es claro su objetivo, por eso los dos están en esta escuela.

Para ese momento la pelinegra estaba observando a su amiga, la cual sorbía de una cajita de jugo y la castaña, cruzada de brazos, seguía hablando de la pareja, sentada, teniendo su almuerzo como de costumbre. Vieron como Kaminari le contaba, seguramente, anécdotas que acontecían en su salón entre sonrisas y risas, mientras que Shinsou se limitaba a sonreírle, asentir ligeramente y emitir ocasionalmente unas frases si se requerían.

Hubo un silencio por unos minutos.

— No son como el día y la noche.— Soltó una leve risa la chica. — Incluso si miras bien su cabello, el de Kaminari siendo rubio, no es ese color cenizo como el de Bakugou, no es como el de Monoma ni el de Pony, se parece más bien como el de un amanecer; Shinsou es el bello violáceo que contrasta el perfecto amanecer o atardecer, mira; ellos simplemente son el interludio de todos los días, perfecto ente cada inicio y cada fin, un espectáculo maravilloso y natural que no puedes dejar de ver y pensar lo hermoso que es a su manera, preguntándote como el inicio de algo y el fin de otro crean tan bello espectáculo, incluso si crees que alguno domina más que el otro, no importa ¿no es eso lo que pasa una pareja? A veces ceder un poco y otras ganar, claro, siempre y cuando estén de acuerdo.

La pelinegra, de manera despreocupada dejó de comer su paquete de galletas y la miró un segundo. — Realmente ya te habías pensando esta respuesta ¿verdad?

— ¿Y qué si es cierto? Además, no es que lo pensara, es que lo vi.— Dijo la castaña con una risa corta.

La pelinegra arqueó una ceja por no entender que decía su amiga, pero se limitó a no preguntar.— En realidad, no me importa, fue una muy buena analogía.

Terminó su tiempo de almuerzo, ambas chicas recogieron sus bandejas y el resto del alumnado se dirigía a la salida. Mientras tanto, Shinsou tomaba a Kaminari por sorpresa y le dejaba un beso fugaz en los labios. — Te amo Kaminari Denki. — Le decía a un rubio ruborizado por el inesperado acto de su novio, quien al instante le devolvió el beso y mirando a los ojos citó. — Yo también te amo Shinsou Hitoshi. — Así, cerrando su burbuja en un tierno abrazo, con un avergonzado rubio y un sonriente peli-violeta.

A lo lejos, desde la entrada de la cafetería, una pelinegra estaba embelesada por tal acto, si no hubiera tirado su celular no hubiera visto tan magnifico resplandor que emitía la pareja, no supo en que momento fue arrastrada a su salón de clases y más aún que ya estaba en su asiento.

— Te dije que era un perfecto interludio; amanecer o atardecer. —

La castaña solo dijo eso, terminó por sacar su libreta mientras que la pelinegra sonreía y recordaba como encajaba perfectamente su analogía con la pareja de novios.

— El perfecto interludio ...


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Espero que les haya gustado, es mi contribución pequeña al Shinkami Week <3 

ShinKami- One - ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora