Mi último día en París.
Por circunstancias de la vida, acabé llegando bien entrada la madrugada al hotel tras ir de aquí para allá sin un rumbo concreto junto a Jeon Jungkook. Nos perdimos innumerables veces, nos encontramos otras tantas, sacamos muchas fotos a pesar de la falta de luz, nos reímos mucho y muy fuerte, criticamos a los asistentes de la fiesta diciendo que parecían llevar un palo metido en el... Resumiendo, fue la mejor noche de mi vida gracias a él.
Habíamos quedado la mañana siguiente para visitar el Louvre así que me demoré en la ducha para lavar mi pelo en profundidad, exfolié mi piel, usé mis mascarillas faciales... Y todo para darme cuenta a base de releer sus mensajes de que pasaría a recogerme a la una y no a las diez como yo pensaba, así que tenía tres horas para secar mi cabello y vestirme adecuadamente.
En el hotel cochambroso no habís mucho por hacer, no tenía ni siquiera un triste balcón para sentarse y observar el feo paisaje, así que opté por ver un par de capítulos de Euphoria para ir haciendo tiempo.
Tuve un pequeño problema y es que pensé que los episodios duraban algo menos, así que me quedaba poco tiempo para prepararme, por lo que no pude deliniar mis ojos ya que cuando estaba por empezar tres golpes sonaron en la puerta de mi habitación, detrás de la cual me esperaba Jeon Jungkook, vestido de manera casual y elegante como solo él sabía con unos vaqueros, una camiseta negra de Balenciaga y una camisa azul por encima a modo de overlay.
♡
Decir que el museo estaba abarrotado sería el eufemismo del año. Había tanta gente haciendo cola tan solo para ver la Gioconda que al entrar en la sala, pensé que iba a quedarme sin oxígeno ya que las otras personas me robarían el aire.
—Sinceramente y desde todo mi respeto a su autor, hay cosas mejores que ver en el Louvre. —Musitó viendo la cantidad de móviles alzados con la esperanza de tomar al menos una foto de los de la mujer con la sonrisa más misteriosa del arte. —El cuadro que hay detrás la supera con creces.
Y, efectivamente, un cuadro gigante que ocupaba toda la pared y en el que no me había fijado debido al bullicio esperaba a la sombra de la Mona Lisa ser apreciado aunque tan solo fuera por unos instantes.
Representaba alguna temática religiosa, había decenas de personas dibujadas en él. Los colores habían sido mezclados con suavidad y el marco dorado de la obra realzaba su elegancia y esplendor.
—Creo que es mi favorito. —Comenté sin salir de mi asombro. —Detrás de la Venus de Milo, claro.
—Pero ninguna de las obras de arte que se encuentran en este museo llegará jamás a alcanzar mi inigualable nivel de belleza. Una señora estuvo a punto de sacarme una foto mientras paseábamos por la zona de esculturas.
—Tendríamios que haberle indicado el camino correcto al zoo entonces.
—Ten cuidado con lo que dices o te voy a dejar aquí sola y no vas a saber encontrar la salida. —Amenazó siguiéndome la corriente.
—¡No! Vale vale me callo.
♡
Estaba atardeciendo.
Después de comer habíamos ido a recoger mis cosas, puesto que mi tren partía casi al caer la noche. Jungkook me había ayudado con las maletas y ahora solo quedaba esperar sentados en la hierba de un parque próximo a la estación. De vez en cuando acariciaba la hierba fresca con los dedos y sentía pequeños pinchazos, otras veces acariciaba las mejillas de Jungkook y se detenía el tiempo cuando me sonreía.
El sol comenzaba a esconderse tras los árboles de aquel tranquilo barrio, el único que no parecía atraer turistas, y por eso tan sólo veías peatones sosegados disfrutando de la calma en una ciudad tan bulliciosa.
—Las numes son rosas. —Jungkook miró al cielo. —Me gustan más las nubes rosas que las blancas. Y me gustan más las nubes grises que las rosas porque eso significa que, si no tengo nada que hacer, no necesito excusa para quedarme en casa y ver una serie en mi propia compañía, sin que nadie me moleste.
—A mí me gustan más los días en los que hace sol y puedes salir a dar un paseo. Pero no demasiado, tan solo lo justo. Y si viene acompañado de viento fresco, mejor que mejor. Como hoy.
Tras una pequeña charla donde hablamos de todo un poco, decidimos que era hora de caminar unos metros y entrar a la estación.
Estaba parada en el andén, junto a la vía. Jungkook estaba tan solo unos pasos atrás, mirándome con pena
—Me llamarás habitualmente. Y nos escribiremos mensajes todos los días sin falta. —Propuso parándose a mi lado con la vista clavada en algún punto fijo del horizonte. —Ha sido genial conocerte.
Mi tren llegó segundos después. La luz de sus faros cada vez era más cercana a mis ojos y el sonido de las vías chocando contra el vehículo envolvía el ambiente. El resto de pasajeros se acercaban a la lía de seguridad mientras que el chico a mi lado se apartaba lentamente y sin apenas hacer ruido, como si no quisiera que me enterara.
Una puerta quedó frente a mi. Se abrió. Subí mi equipaje. Apoyé un pie en la escalera antes de mirar a Jungkook por última vez. Musité un "adiós" bajito junto a una sonrisa y un movimiento de mano con el que me despedía definitivamente de él. Sé que me entendió, porque también sonrió.
Los dos sonreíamos a pesar de que sabíamos que posiblemente no volveríamos a vernos.
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paris out : jeon jungkook
Fanfic❛ that day felt like magic in a city called paris. ❜ Una modelo recién llegada procedente de Berlín es solicitada en París para asistir a un evento donde grandes marcas y diseñadores se reúnen anualmente. Si todo sale bien, Lara podría formar lazos...