Capítulo 3.

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Acomodar papeles y posar.

—Entonces, ¿Qué es lo que haré Nana?—Comentó mientras tomaban asiento en una las mesas fuera del lugar.

—Pues verás, te quiero como modelo.

—No es gran sorpresa—Bromeó—¿De qué?

—Desde hace tiempo no he tenido ninguna idea específica sobre que puedo fotografiar, absolutamente nada de inspiración. Sólo algunas fotografías vacías, no me satisface en absoluto.

—Bien, entonces ¿Qué haré?—Dijo ansioso ante las respuestas y falta de ellas por parte de Jaemin.

Lo que consideraba realmente importante y le emocionaba era la idea de contradecir a su estúpido padre, Jeno por sí mismo ni siquiera tenía un buen concepto del modelaje, pero muy dentro de sí había algo que le estaba haciendo entrar a esto por Jaemin y le asustaba.

—Eh, me precipité un poco—Comió el pan extrañado—Verás, soy fotógrafo de una revista, Fullmark—Como un mal agüero, Jeno supo que algo estaba mal.

Durante su niñez, ver aquellas preciosas portadas era cómo cuándo llegaba a las iglesias llenas de tanta ornamentación a imágenes blasfemas con personajes moribundos, sólo que en el despacho del abuelo, en casa de los abuelos.

Cuando preguntaba sobre ellas, su padre solía decirle que la abuela sólo era fan de la moda y en más de una vez recibió golpes, era normal para él acostumbrase a creer lo que escuchaba sin cuestionarlos, pero ahora existía una pieza perdida en aquel rompecabezas.

Jaemin continuó, pese a estar juntos cada quién vivía en su propia conversación—... Así que primero necesito planificar una idea que ha surgido además de acomodar algunos cuantos papeles.

—¿Voy a acomodar papeles y posar?

Fingir demencia no evitaría el mal presagio, pero le daría algo en que ocupar su tiempo.

—Algunos cuantos, sí, pero después sólo vas a posar, y también necesitaré tu número.

—Ah, ¿Tan rápido?—Era un torpe coqueteo que funcionaba siempre, aún que esta era la primera vez que lo ocupaba con un hombre.

—No de esa forma ew, solo... necesito tu número—El nuevo pasatiempo de Jeno sería molestar a Jaemin.

Jeno adoraba coquetear cuando alguien no parecía tener interés romántico alguno, además de que las reacciones de Jaemin eran graciosas, todo esto a pesar de conocerse desde hace algunos momentos. La situación no parecía incómoda para ninguno.

Sin darse cuenta comenzó a reír escandalosamente, pero paró cuando notó la cara de desconcierto de Jaemin, explicó dificilmente -Me pareces lindo- Para resumir, pues nunca en su vida había había sido un tartamudo y mucho menos se lo había dicho a un chico, dictó su número y hablaron de algunos asuntos de manera seria.

Lastimosamente el momento llegaría a su fin, por lo que cada quién tendría que seguir en su camino.

Y así pasó.

Jeno volvió a su casa con un terrible sabor de boca y confusión por lo ocurrido, mientras buscaba las portadas editoriales que Jaemin le indicó y que ya había conocido al menos más de tres veces, pensó en qué él no era homosexual, decía no rechazar "la idea", pero prácticamente era homofóbico y bastante homosexual.

Tras una pequeña meditación le preocupaba su padre, sabía que él no aceptaría tal cosa y sobretodo le preocupaba el como Jaehyun podría arruinar a Nana.

Ver las cosas de manera positiva era difícil pero no imposible, sin duda alguna la mejor parte era el chico con el que trabajaría y eso lo hacía sentir genial.

Pero siempre había temor, tenía miedo de que es lo que en verdad estaba sucediendo y como había caído tan fácilmente a los encantos de Na Jaemin.

Sólo podía escuchar en el interior de su cabeza las canciones más románticas nunca interpretadas y cómo quería cuidar al lindo y delgado chico tanto como lo quiso hacer con nadie nunca.

Jaemin era como una nueva sensación.

-

No importaba como, la realidad estaba nuevamente ahí, una muy cruel de la que no podía escapar, una realidad en dónde se encontraba plenamente sólo y tenía que prepararse para hacerse cargo de un montón de gente que probablemente no conocerían su cara hasta algún escándalo, sin importar que antes trató de hacer un bien.

Los pensamientos le abrumaban y comenzaba a divagar, solo quería salir huyendo de todo, pero por ahora tenía que cumplir con la promesa a su nuevo ángel.

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