A un paso de amarte

cap 4. cruzando límites - parte 1

                  Dedicado a AngelaAvila1005

Maldigo profundamente el día en que me decidí por estudiar acá. Quisiera poder retirarme pero por desgracia mi padre no me lo permitiría, a menos de que explique mis puntos del por qué quiero irme y en orden de ideas eso me llevaría a aclarar mi sexualidad ante mis padres, cosa que no pienso hacer, al menos no por el momento, aún no me siento lo suficientemente preparando como para tener que llegar a enfrentarme a un posible rechazo por parte de mi familia. Tengo suficiente con tener que lidiar con mi senior, enfrentarme cada día a sus patéticos insultos. Ha pasado una semana desde el día en que le declare la guerra, el imbécil a hecho todo lo posible por joder mi existencia, desde interminables ejercicios tratando de torturar mi cuerpo, hasta sus palabras en un intento de hacerme sentir una escoria. Por supuesto tampoco me he quedado atrás. Mis frecuentes enfrentamientos en cada una de sus reuniones han ocasionado que muchos de los demás junior estén en contra de él. Sacándole de su cordura, haciéndolo enfadar, observando como las venas de su cuello se resaltan, su cara roja impregnada de rabia y sus ojos a punto de querer salirse de sus órbitas. Es excitante ver cómo logro sacarlo de quicio, cómo los demás estudiantes influenciados por mí sé burlan de su superior, acatando sus castigos, aún así cada uno con una sonrisa arrogante en su rostro, acto que sólo hace enfurecerlo mas. Me encanta porque él sabe que todo esto es gracias a mí. Y está más que claro que el hombre no queda satisfecho con sus castigos, llegando al punto en que estamos ahora, una completa guerra.

Ya me he cansado incluso de tener que estar escuchando a M y sus ridículos sermones en un intento de hacerme creer que ignorar a arthit es lo mejor, antes de que los profesores se den cuenta y nos podamos meter en problemas. Aunque debo darle méritos, ya que de no ser por él, ya me abría lanzado enzima de mi senior y le habría reventado la cara.

- entonces me estás diciendo que no me pasarás las respuestas en el examen, ¿Que clase de amigo es ese?

- entonces estudia M, yo no tengo la culpa que seas un flojo.

- parece que no te preocuparas por mí, en ves de estar en esa guerra tonta con P'arthit deberías prestar más atención a tu amigo.

- Mmm.. lo pensaré.

- estoy hablando enserio Kong. Te vas a meter en problemas si sigues de pelea con tu superior ¡¿Por qué rayos nunca me escuchas?!

- ok ok, te dije que lo pensaré.

- bien. Volviendo a lo del examen, podri...

Un líquido impactando contra mi rostro fue todo lo que sentí en el momento de abrir la puerta de mi casillero. Está de sobra decir que todos mis libros quedaron bañados en pintura. Más aún, escuchar su voz a mis espaldas acompañada de su risa burlesca llevo todo de mi autocontrol el mantenerme en mi lugar sin voltear siquiera a verlo.

- vaya vaya, pero que tenemos aquí. Parece que alguien no está teniendo un buen día hoy.

Estrellándo la puerta duro contra el casillero, tratando de llevar aire a mis pulmones en un intento de no permitir que la rabia nublara todo rostro de conciencia.

- Kong.. cálmate..

- ese bastardo me las va a pagar.

Juro que ese malnacido me las va a pagar. No sabes con quién te estás metiendo Arthit.

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Exactamente veinte minutos son los que llevo sentado en una esquina cerca a su apartamento, mirando el reloj en mi muñeca cada cinco minutos, sintiendo mi cuerpo ansioso a la espera de su llegada. Entonces mis ojos no demoran en captar su cuerpo, inmediatamente levantandome del lugar y llevando mis pies en marcha a pocos metros de distancia. Sube hasta el tercer piso, se detiene frente a la última puerta sacando sus llaves del pantalón, mientras yo observo el momento adecuado de poder acercarme. Da vuelta la llave en el cerrojo al abrir y es cuando veo que es el momento. Sólo un segundo después fue lo que basto para encontrarme empujando su cuerpo al interior de la habitación y cerrando con un fuerte portazo tras de mí. El repentino asalto lo sorprende, por lo que voltea para enfrentar a su agresor, más aún soy más rápido al apresar su cuerpo e impactandolo con rudeza contra la firme pared. Un grito abandona sus labios en cuanto siente el golpe, sintiendo en su cuerpo pequeños temblores con querer aparecer.