7. Halloween (Parte I)

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Aviso: Este capítulo está dividido en dos partes porque es muy largo. Lamento si puede ser muy tedioso leer el capitulo, pero así es mi imaginación.

7

• Steven •

¡Reina que irriada luz!

¡Así eres tú!

Uh, uh. Uh, uh.

Nada mejor que despertar temprano un sábado, tomar una ducha escuchar el mejor grupo pop islandés para chicas BABBA. Desde que Dipper me lo regaló cuando un día estaba husmeaba por su habitación, no deje de ponerla en mis días de baño. Sirve mucho para concentrarme en mis clases con el Señor Ford que empezaron hace más de una semana. El mes está por acabar y esta vez, repito: esta vez, nada malo puede pasar.

Al terminar mi ducha, pongo una toalla alrededor de mi cintura y me dirijo al espejo. Me gana la tentación y agarro un cepillo para cabello y lo utilizo como micrófono. El grupo BABBA no deja de sonar. Me seco el pelo, lo peino y me lavo los dientes.

Luego de guiñarme y sonreirme en el espejo, apago el reproductor y salgo del baño—sin dejar de tararear la canción—. Entro a mi habitación que está en el mismo pasillo que el baño, abro el closet y casi se me sale el corazón al ver a Mabel salir de una pila de ropa y recuerdos con una máscara de vampiro, acompañado su susto con un: «¡Buu!» y después, una risa. Doy un respingo hacia atrás y caigo al piso de madera. Procuro que la toalla no se me caiga y que mi dignidad tampoco, aunque está última es difícil, realmente me asuste.

Mabel ríe a carcajadas, se quita la máscara y mira victoriosa a su víctima.

—¡Ja! Caíste.

Me restriego la cara. No puedo creerlo. Una niña me había arruinado mi mañana y mi gloriosa ducha.

—Ja, ja, ja—rio, sarcástico—. Muy graciosa, ahora ¡sal de mi habitación!

—Ush, eres un aburrido, Steven.

—¿Aburrido, yo? Mabel, no es que me alegre recibir un susto justo cuando termino mi sagrado baño.

Logré empujarla poco a poco hasta la salida de mi habitación.

—¡Ey! Deberías alegrarte, hoy es Ha...

Antes de que terminará su frase la saqué de mi espacio personal y le cerré la puerta en la cara. Me agarro el entrecejo y dí un suspiro volviendo a hacer lo mío.

Ay, mi habitación. Nunca les describí como instale el dominio Universe en esta parte de la cabaña. Mi habitación estaba por un pasillo detrás de la escalera, era muy grande para ser para una sola persona. Ford me dijo que esta habitación la usaba para leer y anotar cosas en sus libros. Ahora que la mayor parte del tiempo se queda en el sótano y en el oscuro dormitorio de este, la habitación era completamente mía. La cama la puse en una esquina y al costado mi mesa de noche, en donde dejo mis tazas de café o la foto de las chicas con papá y otra de Connie.

Al costado de la parte baja de mi cama estaba el closet, de donde salió Mabel—debería cerrar la puerta con llave—. El piso estaba adornado con una alfombra circular roja y por los lados de la entrada tenía muebles con algunas de mis pertencias como: Recuerdos de cada estado que visité, más fotos, mi guitarra, mis brazalestes y varias cosas de la tienda de chucherías del Señor Pines.

Termino de cambiarme con mis típicas prendas de jeans con camisetas negras con estampado de estrella y me voy a la cocina.

Ahí estaban ambos pares de gemelos, los mayores y los menores. Ford leía el periódico. Él Señor Pines tomaba café. Dipper escribía en su diario. Mabel se atoraba con algunos hot cakes. Que raro... se suponía que yo era el que preparaba los desayunos.

¡Nuestro Verano De Misterios!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora