» Kamado Tanjirou tiene un fetiche.
Tomioka Giyū también tiene un fetiche.
Una pareja tal para cual.
➳ [+18]
➳ romance/erótico
➳ yaoi/gay
➳ cap; 7 + extras
- Todas los fanarts utilizados como separadores y para portadas per...
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Zenitsu le dio una mirada, como si Tanjirou hubiera cometido un grave delito y no había forma de resolver su caso. Pero a Tanjirou no le preocupaba lo que pensara el rubio, generalmente siempre era así su personalidad de correcta e inflexible.
Tanjirou botó un pesado suspiro mientras movía sus caderas disimuladamente, intentando controlar el ardiente calor en su zona baja. En cualquier momento se pondría a gemir si no hacía algo para excusarse y correr al baño.
Además, el profesor Tomioka ya dio por finalizada la clase, ¿no? Tanjirou revoloteó los ojos hasta dejarlos caer en el hombre a diez metros de ellos, quien también lo miraba con sus ojos azules como las profundidades del mar.
Ya sabía sobre las miradas del hombre, incluso fue él quien se mostró seductor para llamar su atención. Había escuchado de Shinobu —la doctora de la enfermería— que Tomioka Giyū tenía un fetiche con las piernas. Ella no lo dijo explícitamente ya que era inadecuado, pero Tanjirou lo entendió al final.
Estaba enamorado de Giyū desde primer año cuando apenas sabía qué cosas le gustaba. Finalmente, acabó enamorándose de la cara inexpresiva del hombre que a veces tendía a volverse demasiado fría delante de las alumnas con intenciones de confesarse. Por esa razón, Tanjirou evitó hablar de su enamoramiento con él y solo lo sedució usando sus piernas.
Nunca pensó que en realidad sus piernas fueran el ideal de Giyū, siempre creyó —desde que inició aquel juego de 'mira pero no toques'— que las piernas de Inosuke eran mejores que las suyas y más del tipo de Giyū. Pero al parecer sus piernas sí eran del tipo adecuado ante los ojos del hombre.
—Tanjirou, deberías dejar de usar esa basura —advirtió Zenitsu, muy nervioso y alterado—. ¿Qué crees que pasará si se dan cuenta los profesores?
—Lo descuartizarán —contestó Inosuke con una sonrisa. El cuerpo de Zenitsu se puso lívido cuando lo escuchó—. ¿Miedo? —Se echó a reír groseramente—. ¡No tengas miedo!
Tanjirou entrecerró los ojos y no dijo nada. Le urgía correr y dejarse ir. ¡Podría ensuciar su pantalón! ¡Era de tela fina!
Con disimulo llevó sus manos hacia atrás para tocar su parte trasera. El roce de sus dedos contra el borde del vibrador hizo que apretara los dientes y tragara el gemido en su corazón. Sentía las mejillas calientes y sus ojos mostraban una capa cristalina por el estímulo.
¿Por qué tuve que usar eso hoy día?
Tanjirou ahora quería echarse a llorar por su estupidez. Había comprado un nuevo vibrador anal en una tienda sexual en línea, lo hizo con toda la intención de disfrutar un poco de adrenalina durante sus clases y ganar un reto. Fue un poco estúpido de su parte, pero ¿quién lo incitó hacerlo?
Sus ojos llorosos miraron con reproche a Inosuke. Él insistió en que era una buena idea para sobrellevar los días de exámenes con energía anal.
Estaba loco, y Tanjirou estaba peor. ¿Por qué le hizo caso? Aunque Tanjirou tenía amor por los juguetes sexuales, eso no quería decir que amara ponerse cosas allí atrás y salir a la calle.
Sin embargo, el «te reto a un duelo de quién aguanta más» por parte de Inosuke fue suficiente para que Tanjirou hiciera lo que en un principio había dicho que no haría. Mañana le tocaba a Inosuke, pero Tanjirou en este preciso momento, llorando y suplicando por una liberación, comenzaba a creer que iba a perder el reto. Tenía que durar siquiera hasta que acabara las clases, pero no, ¡él ya estaba desesperado!
—¡No puedo! —Tanjirou se limpió los ojos con fuerza, alejándose de sus amigos y pasando al lado de su profesor—. ¡Ya regreso!
Zenitsu quería ir con él para hacerle entender a base de sermones que no era un juego agradable ponerse objetos en el trasero, pero Inosuke lo detuvo dándole una patada en la pantorrilla. Lo miró con ojos agraviados mientras sus ojos se enrojecían por las lágrimas. Inosuke solo se carcajeó con fuerza.
—Hagamos una apuesta.
Zenitsu frunció el ceño sin comprender.
—¿Qué clase de apuesta?
La mayor parte del tiempo Inosuke estaba poniéndolos en retos o queriendo hacer apuestas, y Tanjirou y Zenitsu a veces tenían que involucrarse porque Inosuke era demasiado temperamental e impulsivo. Si no hacían lo que él pedía, entonces ambos serían objeto de peleas callejeras —peleas habituales que suele tener Inosuke con otros alumnos de otras escuelas.
—Apostemos el sucio secreto de Kamabopo —rió como un demonio—. Apuesto mis disfraces de jabalí a que el profesor Tomioka encontrará a Tanjirou en el baño.
Zenitsu no se puso a pensar mucho en eso y solo asintió antes de decir. —Yo apuesto todas mis revistas porno a que eso no pasará.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Bueno... —Zenitsu se dio la vuelta y buscó la figura de su profesor—. ¿Dónde está?
La risa de Inosuke fue mucho más ruidosa ahora.
—¡Vas a perder! ¡Y yo ganaré! En lugar de las revistas, si pierdes, dame los skins del Fornite.
—¡No, no, no...! ¡Eso tampoco! ¿Y por qué piensas que perderé? ¡Tal vez el profesor se fue a buscar al profesor Sabito!
Mientras más hablaba, más sentía que había perdido la vida. ¿Por qué no se fijó primero la ubicación del profesor antes de aceptar la apuesta? ¡Inosuke era la peor persona que conoció en esta vida!