04

4.8K 382 118
                                        

Un joven estaba sentado sobre las piernas de un hombre, apoyando su espalda contra el firme pecho de ese hombre y con las piernas abiertas. Las puntas de pies se sostenían de las rodillas del hombre para mantenerse estable y no caer por la sensibilidad.

Mientras estaba en esa posición vergonzosa, unos dedos largos y gruesos entregan y salían del estrecho agujero, envueltos en el líquido viscoso y translúcido de la saliva del mayor.

Tomioka-san —jadeó con los dientes apretados y su cabeza no pudo evitar hacerse hacia atrás para caer sobre el hombro de Giyuu, quien tenía una pequeña sonrisa en sus labios.

—¿Mm? ¿Es aquí? —Giyuu empujó sus dedos hacia el lugar que logró sacudir al joven bruscamente—. ¿Se siente bien?

El vibrador había quedado olvidado cuando Giyuu simplemente sintió que obstruía el placer. Tanjiro no supo que decir y sólo abandonó la idea de volverse a poner el vibrador. Pero los dedos del mayor eran mejores y rápidos, velozmente había encontrado su próstata y la molestó demasiado, hasta el punto en que los gemidos de Tanjiro no pudieron parar. Tuvo que cubrirse la boca con ambas manos y dejarse expuesto de al manera que Giyuu tenía control absoluto de su cuerpo.

Los dedos entraban y salían, a veces Giyuu mordía el pálido cuello del joven o tomaba sus labios húmedos y llenos en un beso brusco y fuerte. Tenía una perfecta vista de aquellas esbeltas piernas extendidas, y también apreciaba el miembro lindo del niño en sus brazos.

Ah… ahí... —Tanjiro giró el rostro y buscó la boca ajena.

Por supuesto que Giyuu se la dio gustoso, riéndose interiormente por la forma ansiosa del niño al querer besos. Giyuu sondeó esa dulce boca con frenesí, mientras empujaba sus dedos hasta el fondo en ese estrecho y suave interior, aumentando el lascivo ruido de las embestidas.

—Pon tus manos alrededor de tu lindo pene y frotalo.

Tanjiro obedeció sin abandonar los labios de Giyuu, continuando el beso pesado y húmedo que lo tenía temblando como hoja en pleno otoño. Descendió lentamente su mano por su pecho, bajando hacia el abdomen y más abajo, alcanzando su sensible miembro solitario.

—Ah… yo… Giyuu-san… Ahí, ahí es…

Giyuu mordió el labio inferior carnoso y luego imprimió beso tras beso por las mejillas sonrosadas y llenas de esa adorable cara, resistiendo las ganas de darle un mordisco fuerte. Tal deseo parecía al de alguien que quería morder las mejillas de un bebé pero no podía por temor a herirlo, o igual a querer morder las felpudas patitas de un cachorro.

Las piernas temblorosas de Tanjiro era un indicio de que estaba a punto de venirse, junto a la desesperación notable en aquellos ojos escalartas bañados en lágrimas. Las manos de Tanjiro se aferraban con fuerza a la camiseta de Giyuu, temblando y frotándose contra él mientras movía su cadera para acelerar las embestidas. Giyuu no lo decepcionó y penetró en un vaivén rápido la entrada del menor, adueñádose de ese lugar como si él fuese el dueño absoluto.

🌒
Lo siento, es corto

Fetiches » GiyuuTanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora