🌸Tercer ramo🌸

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Ambos chicos habían pasado varias semanas saliendo juntos, Edd en sus descansos era visitado por aquel chico de cabellos naranjas el cual hacía que su corazón latiera como nunca. Matt, en cambio, se encargaba de la gran mayoría de empresas que su madre le había dejado pero siempre tenía tiempo para aquel chico del que se había enamorado a primera vista.

Para Matt era algo idiota el pensamiento de "amor a primera vista", o bueno, eso era lo que pensaba pues siempre que le preguntaban sobre aquello decía que las relaciones se formaban a base de ir conociendo a la persona y no sólo enamorarse del físico de alguien... Pero el era diferente, el escuchaba el corazón de las personas que lo rodeaban y, por más que quisiera ser "normal" sabía que aquello era una desventaja pues no sabía como era una relación normal.

Edd, por su parte, creía que el amor era algo que quedaba en segundos, pues para él aquello no importaba... Y era "importaba" pues ahora sólo podía pensar en cada cosa que hacía Matt para verlo sonreír, siempre había querido a los que lo rodeaban... Pero Matt era alguien especial de un abuena manera, era especial para el castaño pues era el único que lo entendía sin decir ni una sola palabra... Era realmente algo que hacía que su corazón latiera suavemente y no había palabras para explicar como era cuando sus manos se rozaban o simplemente sus dedos sus cuerpos llegaban a apegarse.

[···]

Era una noche realmente hermosa y estrellada, la Luna estaba en su punto mas alto aun que realmente no era visible desde el lugar en el que estaban. El castaño estaba a lado de su hermano mayor, el cual, hablaba con este a través de señas. Aquel chico de "ojos" extraños bebia una botella de Smirnoof. El pelinaranja lo había invitado a un baile en un bar conocido cerca del pueblo.

El castaño tenía puesto un traje de color negro algo elegante, en una pequeña bolsa cerca de su pecho, tenía un pañuelo blanco con una pequeña flor parecida a una rosa roja, poco después vio a alguien que conocía acercarse hasta su mesa, aquel chico de cabellos naranjas venía bien vestido y, sin embargo, a ojos del castaño era realmente hermoso. Pasaron unos minutos hablando a través de aquella libreta antes de que Matt, de manera tímida, lo invitara a bailar, el castaño miro a su hermano en cual sólo asintió diciendole, con señas, que no se metiera en problemas.

[·¤Poner canción de multimedia¤·]

Al principio el castaño abrazo el cuello del otro con algo de timidez al igual que el otro lo tomaba por las caderas y apegaban sus cuerpos con suavidad.

Una canción empezó. Las notas eran suaves, realmente tranquilas. Sus manos se entrelazaron.

"Pareciamos fuego al movernos al bailar"

Empezó aquella canción mientras ambos se movían al mismo ritmo en pasos firmes y suaves, el castaño dejo de ponerse nervioso y siguió el ritmo del otro. Aun si nunca habían escuchado esa canción sentían que conocían la letra como si ya la hubieran escuchado mil y un veces.

"Los pasos que danzamos no los sabe nadie más, todos tropiezan fuera de compás"

Siguió aquella canción, ¿Y si era verdad? ¿Y si los pasos que ahora danzaban solo los sabían ellos?

"Las notas que alcanzabamos en armonía cabal rompieron hasta el mas grueso cristal... Era ideal."

Cierto, era ideal... Era algo indescriptible que era simplemente hermoso.

"Un corazón en nuestra posesión... Más todo eso lo perdemos al final, pero al morir... Te juro te olvidare jamás"

¿Morir? ¿Realmente había un fin para lo que ambos sentian?

"Quemabamos los bosques con un simple paso atrás, incendio tras incendio al bailar"

Sin darse cuenta quedaron en medio de la pista, las luces de un suave color morado y verde iluminaban el centro y, a cada paso que daban, sentían que únicamente solo ambos eran reales. Las personas se alejaban dejandoles el lugar solo a ellos dos.

"Sentiamos la envidia de la gente en el lugar cuando se ataban nuestras manos al bailar... Era especial"

Simplemente no podía describir todo aquello, sus pasos iban en completa armonía como si hubieran llevado tiempo practicando para llegar a un nivel en el que no solo bailaban... Demostraban una hermosa llama que hacía que las personas miraran con impresión todo aquello.

"Ojalá y pueda amar una vez más"

El ritmo de la música era simple, suave, más era hermoso. Sus corazones latían al mismo ritmo, las miradas estaban sobre ellos pero realmente no les importaba pues los demas no eran más que simples espectadores presenciando un acto lleno de pasión... Lleno de amor.

"Un corazón en nuestra posesión, mas todo eso lo perdemos al final, pero al morir... Te juro te olvidere jamás... Un corazón en nuestra posesión, entonces todos poseemos un hogar, pero al morir, ¿Quien diablos se lo irá a quedar? Yo te prometo que con nadie vo' a bailar, yo te prometo que con nadie vo' a bailar"

Finalizó aquella melodía, escucharon los aplausos al fondo más no les importo mucho, las luces volvieron a la normalidad, realmente habían perdido la noción del tiempo pues no sentian cansancio. Ambos se miraron algo sonrojados aunque en el castaño no era tan notable gracias a su cabello.

[···]

—"¿¡Viste sus rostros!? ¡Todos estaban impresionados!" —Dijo el castaño en lenguaje de señas mientras intentaba no brincar en el asiento donde estaban sentados, gracias a que era realmente de noche el de cuencas pudo mirar de reojo al otro para después asentir, a pesar de que era muy sobre protector con su hermano, no quería arruinarle su noche con sus celos de hermano mayor. Miro al otro para después reír y acariciar el cabello del menos desordenandolo un poco, un pequeño suspiró salió de su boca al ver que el otro ya no era aquel pequeño niño tímido que no dejaba que nadie lo tocara y que tenía miedo al público, en cambio, momentos antes, había bailado sin miedo a equivocarse y feente a un gran público siendo ellos el centro de atención. Antes aquel chico de cabellos naranjas se había ofrecido a llevarlos pero, por mas que el otro insistió, su hermano menor se negó pues realmente no quería que al otro le pasara algo por llegar tarde a su hogar. Ambos chicos entraron a la casa mientras el menor se dirigía a su habitación dando pequeños saltos de emoción. Había sido una gran noche.

En otro lugar de aquel pequeño poblado un pelinaranja se hallaba abrazando su almohada mientras retenia los pequeños chillidos de emoción que querían salir de su boca, estaba realmente sonrojado pues sentía el tiempo era lo último que avanzaba cuando el y el castaño estaban juntos.

N.A:

Nos leemos en el siguiente capítulo, si tienen preguntas o alguna sugerencia pueden dejarla en los comentarios. ¡Se les quiere y ama mis hermosos sunshine lollipops!


El chico de las flores [MattEdd]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora