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Capítulo 2
"Alégrate"

Aún seguía en su laboratorio lo más que podía, intentaba distraerse para no pensar en todo lo que había hecho mal para que, su ahora ex, lo abandonara, sabía que seguramente había sido su culpa el que terminaran, no culpaba a José, comprendía a la perfección que él solo era una carga para la vida de alguien más.

Desde la visita de 5.0.5, salía un poco de aquel grande cuarto para irse al suyo propio para dormir al menos y darse una ducha de vez en cuando; su aseo personal se había vuelto menos constante pero no a tal punto de verse como un vagabundo, solamente se notaba demacrado a pesar de tener una bolsa en su cabeza la mayoría del tiempo.

Se encontraba haciendo un experimento que había hecho en sus años de universidad pero había abandonado y que la necesidad de hacer algo lo había empujado a hacerlo hasta que exploto en su cara, dejando su bolsa totalmente húmeda y con un leve ardor por toda ella.

"Ah, por eso lo abandone."

Saco una bolsa de repuesto de su bata y se dispuso a quedarse sentado viendo hacia al frente un poco perdido, ni siquiera pensaba en algo, solamente quería quedarse en blanco por más tiempo hasta que escucho un golpeteo en la puerta, no giro la cabeza ni pregunto quién era, ya tenía una idea de la persona que ahora estaba entrando a su laboratorio con pasos acelerados.

-¡Celebritooo! -El grito de Demencia interrumpió el silencio que antes tenía mientras se sentaba a su lado. -Adivina lo que te traje. -Dijo mientras ponía una galleta frente a él.

-Em... No sé, ¿Tacones de cristal?

-Obvio no, bobo ¡Una galleta!

Flug giro los ojos con gracia para ver fijamente a Demencia. -¿A qué se debe este honor? ¿Qué le pusiste ahora?

-No le puse nada, solo comela, no te preocupes, 5.0.5 no me dejo ponerle grillos.

El doctor sujeto la galleta entre sus guantes con duda, duro tal vez dos minutos intentando decifrar lo que había dentro de la galleta para finalmente darse por vencido, metió su mano dentro de la bolsa y mastico la comida para de inmediato escupirla con asco para que la chica comenzará a lanzar carcajadas al aire.

-¡Tadah! -Demencia mostró la botella de salsa picante a Flug quien la miro con odio. -Ay, no te amargues, bolsita.

-Eres una fastidiosa.

-Al menos se te quito esa seriedad que tenías, no te queda bien eso, no nos agrada verte así. -Él sonrió con cariño, sin pensarlo mucho, sujeto una pluma de bolsillo para dibujar una larga sonrisa en su bolsa de papel.

-Estoy feliz, Dem, mira nada más.

La chica sonrió con alegría como si hubiera visto lo más feliz del mundo para luego levantarse del suelo y tenderle la mano a su creador quien la tomo para estar de pie también.

-Aguarda el día de las madres, Flug.

Asintió.

No vale la pena llorar por él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora