Todas las noches.

Capítulo 2: "Andrea."

Después de casi diez horas, cuatro paradas para hacer pis y dos grandes siestas por fin nos indican que estamos a nada de llegar al dichoso campamento. No me lo creo, ha sido sin duda el peor viaje de mi vida. Entre los absurdos juegos de los monitores y los petardos que iban sentados atrás haciéndose los guays con el reguetón sonando a tope por el altavoz que tenían me ha sido complicado de cojones descansar plácidamente. Pero ya está, no voy a tener que soportar eso más porque ya hemos llegado de una maldita vez. El autobús aparca en el parking junto a otros buses y bajamos obedeciendo las normas de los monitores que nos han acompañado durante todo el trayecto. Hago una mueca de asco intensa al notar el horrible calor que hace en esta zona, estoy a nada de subirme de vuelta al autobús para poder respirar aire fresco.

Aunque fuese por el ventilador que traía el sillón que tenía delante, era un aire agradable.

— ¡Bien Bilbao!— grita Mario y todos los que íbamos en mi bus lo miramos. Muchos se encontraban mirando a los demás adolescentes que bajan de otros buses o que nos miraban.— Vais a coger vuestro equipaje y os vais a dirigir al punto naranja que hay delante de ese escenario, ¿si? Ahí os separaremos por grupos junto a otros integrantes de otras comunidades y os diremos a cada uno a que cabaña pertenecéis. Después de eso iréis a dejar las cosas y seguidamente iráis cada uno a vuestro respectivo grupo para que vuestro monitor os cuenten las normas. ¿Entendido?

— ¡Si!— le responden muchos de ellos a la vez, ruedo los ojos y le apoyo en una de mis maletas.

Quiero dormir en una cama, es lo que más necesito ahora mismo. Son las siete y media de la tarde, he pasado todo el puñetero día metida en un autobús con olor a sudor y gente completamente loca. Creo que me he ganado mi descanso.

Cuando mi grupo se mueve yo los imito y los sigo sin saber muy bien hasta donde había que ir. Al ver que se paran de nuevo tomo siento sobre un de mis maletas y saco mi teléfono para comentar a teclear en el grupo que tengo con mis dos mejores amigas con tal de hacer algo productivo en vez de enviar Stickers sin sentido por no saber que decir.

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DIRTY TEAM
Gadea, Elene, tú.

Yo: Acabo de bajarme del bus,
ya estoy en Málaga. Esto tiene la misma
pinta que yo me imaginaba así que ya estáis tardando en sacarme de aquí cacho perras.

Elene: ¿No tienes ningún buenorro que te
alegre las vistas?

Yo: De momento nada, solo veo a tías saludarse con abrazos con sus amigos. ¿Os acordáis de los míticos vídeos que se llevaban hace tela de tiempo que era de grabarte como ibas a abrazar a una amiga? Pues igual, les falta la música de fondo.

Elene: Se conocerán de otros años. Así que aprovecha en conocer gente.

Gadea: Esoooooo. Ona, intenta abrirte por mucho que te cueste, estar sola durante dos largos meses sino va a serte una mierda.

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Estoy a punto de enviarles un mensaje a modo respuesta, pero de pronto el teléfono ha desaparecido de mi mano. Raquel sonríe agitando mi teléfono en el aire y yo me cruzo de brazos sin entender nada.

— Los teléfonos solo van a estar permitidos los fines de semana.— me dice, mierda.— Aprovecha en socializarte con campistas de aquí.