Eighteen: Almost Is Never Enough

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Mina se encontraba en el salón de música, le tocaba Educación Física y no tenía ganas de hacer ejercicios, por lo que decidió escaparse

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Mina se encontraba en el salón de música, le tocaba Educación Física y no tenía ganas de hacer ejercicios, por lo que decidió escaparse.

Era una floja.

La japonesa suspiró levemente, se sentía un poco nerviosa ya que en unas cuantas horas se vería con Chaeyoung si es que llegase ser ella su anónima y eso la exasperaba un poco.

– Ya que no hay nadie... – murmuró y se acercó al piano.

Acarició las teclas levemente y comenzó a crear una linda melodía, por suerte su padre le había enseñado a tocarlo.

Me gustaría decir que lo intentamos, me gustaría culpar de todo a la vida – comenzó a cantar cerrando sus ojos – Quizás sólo no encajábamos, pero eso es una mentira...

La japonesa sonrió en medio de las palabras cantadas sin notar realmente que alguien la miraba desde la puerta.

Y podemos negarlo lo mucho que queramos, pero con el tiempo nuestros sentimientos aparecerán – siguió y en su mente apareció la imagen de la pequeña coreana que causaba que su corazón palpitara enloquecidamente – Porque tarde o temprano nos preguntaremos por qué nos rendimos, la verdad es que todo el mundo sabe...

Chaeyoung sonrió desde la puerta mientras escuchaba la suave y dulce voz de la rubia, no tenía una idea de que la nipona pudiera cantar bien así que se armó de valor y decidió cantar con ella.

Ooh, casi... Casi nunca es suficiente – cantó entrando al salón y Mina abrió los ojos de golpe para mirarla, haciendo que la peliazul riera – Tan cerca de estar enamoradas...

– Si tan sólo hubiera sabido que me querías de la manera en la que yo te quería – cantó la mayor sin quitar sus ojos de la chica contraria – Entonces no estaríamos en dos mundos separados...

Sino aquí, en los brazos de la otra – sonrió Chaeyoung sentándose a un lado de la nipona que seguía tocando el piano, ahora con torpeza por la cercanía ajena – Y nosotras casi, casi supimos lo que era el amor...

Pero casi nunca es suficiente – finalizaron al unísono, sorprendiéndose de que sus voces sonaran tan lindas unidas.

– Wow, cantas muy bien – halagó la menor riendo – La canción le queda muy bien a tu timbre de voz, es muy bonita.

– G-Gracias... – murmuró sonrojada.

– ¿Qué haces aquí? Se supone que deberías estar en el gimnasio fingiendo que haces los ejercicios – dijo Chaeyoung con una sonrisa divertida en los labios.

– Debemos – corrigió – Y no quiero estar allá, digamos que hoy me siento más vaga de lo normal.

– Acepto tu excusa, la verdad yo también quiero estar allá – admitió – El profesor debe pensar que me dió diarrea porque hace 15 minutos que supuestamente estoy en el baño.

– Wow, una chica ruda – ironizó la japonesa tras una risa.

– Oye... Quería hablar contigo sobre algo – soltó la pequeña y Mina la miró con una ceja alzada – Sobre la nota que me diste.

– Oh... La nota, sí, un poco tonta, ¿no?

– ¡Por supuesto que no! – exclamó rápidamente y luego se sonrojó por su arrebato – D-Digo... No es tonta, la canción que utilizaste es muy bonita.

«Es bonita porque me recuerda a ti» pensó Mina.

– Ah~

– Lo que quería hablar contigo es que... ¿Tienes una admiradora secreta? – se hizo la confundida.

– Hace dos meses aproximadamente – contestó con la mirada perdida – No sé quién es en realidad, pero tengo mis sospechas.

– Entonces sospechas que soy yo – Chaeyoung sonrió – Lindo.

– Oye, ahora que me lo dices comienzo a creer que puede ser hasta la señora de la limpieza y yo haciéndome películas – dijo la rubia un poco asustada y la menor soltó una cálida carcajada.

– ¿Te lo imaginas? Qué bochorno – rió nuevamente – Lo cierto es que, puede que sea yo como también puede que no lo sea.

– Eso no me ayuda, Son.

– Puedo serlo si es lo que quieres – comentó, sin saber de dónde carajos sacaba tal valor para decir aquello.

– Chaeng... Necesito saber quién es mi anónima, es importante – murmuró y la coreana reprimió una pequeña sonrisa.

– Suerte entonces – guiñó poniéndose de pie.

– ¿Te vas?

– Sí, creo que debo volver a clases – sonrió – Y no te preocupes, no diré que te vi.

– Está bien... – la mayor dirigió su vista al suelo, no quería dejar de hablar con Chaeyoung.

La castaña mordió su labio inferior y tomó una respiración profunda antes de hacer su siguiente movimiento.

Mina no sabe cuándo ni cómo, pero antes que se diera cuenta unos labios se presionaron contra su mejilla causándole el sentimiento más cálido que nunca había sentido.

– Hasta luego – dijo Chaeyoung separándose y abandonó el salón de música.

Dejando a la japonesa con el corazón enloquecido, las mejillas sonrojadas, las manos temblorosa y una nota en su bolsillo.

Dejando a la japonesa con el corazón enloquecido, las mejillas sonrojadas, las manos temblorosa y una nota en su bolsillo

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Dos capítulos más y finaliza esta historia:(

Dear Mina || MiChaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora