·Dos·

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Me desperté con una presión en el pecho y un ardor en la pierna, tenia la vista nublada y un dolor de cabeza gigante. 

Intenté descifrar donde estaba pero no entraba mas luz que la de la ranura de la puerta. Me volví a acomodar en la cama intentando enderezarme. Miraba hacia todos lados buscando mis cosas pero no encontré nada, la sala estaba aparentemente vacía.

La tenue luz de la puerta aumentó de intensidad tras abrirse dando paso a una enfermera, haciéndome achinar los ojos.

-Como vas?

-Perdona...

-Puede que estes un poco confundida, perdiste la consciencia después del golpe

-¿Golpe?

-Si, ayer te trajo tu novio, tenias un corte bastante profundo en el muslo, no te has desgarrado nada, ni te has infectado, por suerte, pero para recuperar la movilidad tendrás que hacer rehabilitación.

-¿Rehabilitación?

-Si, no te preocupes, no te va a doler, pero va a ser necesaria.

-¿Y tiene que ser aqui?, no tengo ningún problema con el hospital ni nada pero es que no se ni donde estoy, no se quien es mi novio por que yo no tengo novio, no me acuerdo de nada de lo que pasó anoche ni de que me apuñalaron en la pierna, y menos voy a hacer rehabilitación sin hablar con un médico-Dije casi gritando y al borde de un ataque de nervios.

-Señorita cálmese, me voy a retirar y darle paso a su acompañante, el alta se la darán en un rato.

La enfermera se fue después de recibir una gran cara de culo por mi parte como respuesta. Estaba muy agobiada, a si que lo único que hice fue coger una de los folletos de la mesita de luz.

"Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich"

Perfecto, estaba en un hospital público, y de la Boca, si mis padres me ven aquí me bañan en lejía.

Empecé a pensar en las posibles escusas que pondría cuando llegase a casa, hasta que noté la presencia de alguien más que la mía en aquella minúscula habitación.

Cabildo y JuramentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora