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 —¡Yoongi! ¡Namjoon!  —un fuerte grito salió de la boca de Taehyung.

—Por fin están en casa —dijo Jimin, suspirando de alivio.

—Gracias a dios —Hoseok se unió a ellos.

—¿Tanto nos extrañaron? —Yoongi se rió desde la entrada, quitándose los zapatos y la chaqueta.

—Estamos hambrientos —dijo Jeongguk—. Intentamos hacer ramen pero fracasamos.

—No sé qué pasó —Taehyung sacudió la cabeza—. Creo que fue culpa de Jimin.

—¡Oye!, ¿por qué me culpas a mí? —Jimin dijo en voz alta girándose para mirar a Taehyung—. Tú fuiste el que le puso mucha pimienta roja.

—Y tú eres el que no paraba de ponerle agua todo el tiempo.

—Bueno chicos, dejen de pelear —Namjoon interrumpió la pelea.

—Intentaremos hacer algo de comer —dijo Yoongi dirigiéndose hacia la cocina.

Un rato después los seis estaban comiendo el ramen que Yoongi y Namjoon habían hecho. Era mejor que el que la maknae line había hecho antes, pero todavía había mucho que agregar.

—Esto está demasiado pegajoso —se quejó Taehyung al apuñalar su propio tazón con los palillos.

—¡Yah! —Namjoon gritó—. Deja de quejarte y come. No tienes opción.

—Nam —Hoseok miró a Namjoon.

—¿Qué? —respondió el líder, sin levantar la vista de su comida.

—Creo que deberías ir a buscar a Seokjin.

—¿Por qué? Él puede cuidarse solo.

—Trata de convencerlo de que regrese.

—Volverá cuando quiera.

—No podemos vivir sin él más tiempo.

—Es cierto —Yoongi se unió a su conversación—. Ni siquiera podemos hacer ramen y ya el lugar está hecho un desastre —continuó mirando el piso de la cocina. Habían restos del plato que Jin había dejado caer, y nadie estaba dispuesto a limpiarlo.

—Tal vez más tarde —murmuró Namjoon—. Aunque debería limpiarlo —se levantó y empezó a recoger los trozos de cerámica del suelo.

 Aunque debería limpiarlo —se levantó y empezó a recoger los trozos de cerámica del suelo

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Seokjin se sentó en la esquina de la oscura sala de prácticas. De alguna manera había terminado allí después de caminar por la fría ciudad durante horas. No quería volver a los dormitorios y era uno de los pocos lugares que se le había ocurrido. Allí podía estar solo y también seguro. Por supuesto que pudo haber ido a un bar o algo así, pero no quería, ya que no bebía.

Hoy se arrepintió de haberle hablado mal a sus compañeros. Después de todo, era su deber hacer la comida y la limpieza en el dormitorio. Por un momento pensó en regresar pero decidió que debían aprender a cuidar de ellos mismos.

—Probablemente ni siquiera puedan alimentarse a sí mismos —murmuró en voz baja—. Morirán sin que yo les haga comida —casi se levanta para poder regresar pero decide no preocuparse por ellos.

Se había metido tanto en el papel de madre del grupo que actuó como tal. Se preocupaba por sus chicos cuando estaban lejos de él. Los conocía mejor que a sus propios bolsillos. Limpiaba y hacía comida. Los despertaba casi todas las mañanas y se aseguraba de que recordaran su horario. Y para una madre es muy difícil no cuidar de sus hijos y preocuparse todo el tiempo.

Después de más de una hora de vagar por las calles, Namjoon decidió ir a ese lugar en el que pasaban la mayor parte del tiempo

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Después de más de una hora de vagar por las calles, Namjoon decidió ir a ese lugar en el que pasaban la mayor parte del tiempo. El edificio donde practicaban y producían, muchos días a la semana.

—Por qué no lo había pensado antes —dijo mientras entraba en el edificio.

Revisó los dos estudios y luego decidió ir a la sala de práctica. Cuando llegó allí, vio que la luz estaba apagada pero la puerta estaba abierta. Entró y comenzó a mirar alrededor.

Encendió las luces y vio una pequeña figura en la esquina.

—¿Seokjin? —susurró y se acercó lentamente.

Se dio cuenta de que era Seokjin. El hombre mayor estaba tirado en el suelo, durmiendo. Se veía tan hermoso y tranquilo que Namjoon no quería despertarlo. Tomó su teléfono y sacó una foto.

'Lo encontré' escribió y envió la foto a Yoongi.

Se acercó y se arrodilló frente a Seokjin, resistiendo una enorme necesidad de tocar su cabello, llevarlo a su regazo y quedarse dormido con él. —Hyung —susurró.

Seokjin abrió los ojos lentamente haciéndose hacia atrás cuando vio la cara de Namjoon cerca de la suya.

—¿Q-Qué estás haciendo aquí? —le preguntó al joven.

—He venido a buscarte. Por cierto, te veías muy bien durmiendo aquí —respondió Namjoon sonriendo ligeramente.

—No quiero volver —murmuró Seokjin mirando hacia otro lado.

—Moriremos sin ti.

—No encuentro fallas a tú lógica.

—Así que por favor, regresa... —Namjoon no era muy bueno con este tipo de charla pero hizo todo lo que pudo.

—¿Qué le pasó a tu mano?

—Oh, me corté mientras limpiaba el vidrio —levantó su mano que estaba cubierta de vendas.

—Pequeño corte y tu mano parece regalo —Seokjin levantó sus cejas.

—Como dije, no podemos arreglarnosla sin ti.

—¿Puedes dejarme solo? Lo pensaré.

—Bien, pero es mejor que vuelvas en la mañana —dijo Namjoon mientras se levantaba y se iba. Seokjin se quedó sentado allí, mirando a la distancia, pensando si debía regresar o no.

Esta historía se actualizará los días 18 y 28 de cada mes, podrían haber excepciones los 8 pero sería para capítulos sorpresa

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Esta historía se actualizará los días 18 y 28 de cada mes, podrían haber excepciones los 8 pero sería para capítulos sorpresa. Espero de verdad que estén disfrutando la historia, aún es el comienzo pero de verdad van a llorar.

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aishalek©

Parasitism ─ namjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora