Días de Estudio

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Al día siguiente Bulma acudió a sus clases normales. En el receso estuvo con Goku y Milk y ahí acordaron entre los 3 que Bulma le confesaría a Vegeta lo que sentía en el último día que estudiaran juntos; al principio Bulma no estuvo muy de acuerdo pero su pareja de amigos la convenció, y aunque se sentía muy nerviosa tenía que admitir que ella también necesitaba saber si Vegeta sentía algo por ella.

Al terminar las clases, Bulma no perdió tiempo y hecha un manojo de nervios se despidió de Milk y emprendió el paso al estacionamiento, al llegar Vegeta la esperaba recargado en su auto.

— ¡Vaya! Qué puntual eres Vegeta —dijo Bulma con una gran sonrisa disimulando el nerviosismo.

— Basta de charlas, vámonos—ordenó él.

En el trayecto hacía la casa de Vegeta ninguno de los dos habló, cosa que incomodó a Bulma se suponía que ya se llevaban bien pero Vegeta estaba muy raro con ella, lo notaba indiferente y demasiado frío. La chica disipó esos pensamientos al darse cuenta de que se habían estacionado frente a una gran casona con hermoso jardín.

Bulma se quedo boquiabierta al ver la casa de Vegeta ya que era todo menos lo que ella se imaginaba.

— ¿Mujer vas a venir o te vas a quedar en el auto todo el día?

Bulma reaccionó al oír a Vegeta y salió del auto. Corrió hacia el y ambos entraron a la casa.

— Sígueme ¿Pero qué tanto miras? —preguntó Vegeta escudriñando el rostro sorprendido de su acompañante.

— ¡E-Es que tú casa es muy bonita!

Subieron las escaleras y al llegar a la parte de arriba se encontraron con el mayordomo.

— ¿Joven necesita algo? —le preguntó el mayordomo muy educadamente a su amo.

— ¿Podrías traernos algo de comer Flint?

— Enseguida.

Con el no se portó grosero ¿Porqué? ¿Acaso este es un Vegeta que no conozco? —pensó Bulma observando a Vegeta y a su mayordomo Flint.

Vegeta abrió la puerta del estudio y le indico a Bulma que entraran. Aquel lugar era bonito, tenía sillones de un estilo colonial, alfombra azul marino con había muchos libreros y una chimenea, un escritorio y una pequeña salita con su mesa de centro.

Bulma comenzó a sacar sus apuntes y Vegeta tomo unos cuantos tomos del librero, los expandieron en la alfombra y comenzaron su ardua tarea de estudiar.

Comenzaron con unos "complicados conjuntos de símbolos inentendibles" como les solía llamar Goku a las ecuaciones e integrales que para Bulma eran muy fáciles de hacer, y al parecer a Vegeta no le causaban el mayor problema al resolverlas pues al hacer los ejercicios del libro el fue el primero en terminar.

La comida llego media hora mas tarde e hicieron un breve receso, al terminar de comer siguieron con su labor.

La tarde se pasó rápida; terminaron de estudiar y acordaron en verse en casa de Vegeta al otro día, pues él salía de la escuela mas temprano que Bulma.

— Te veo mañana —dijo Bulma acercándose a la mejilla de Vegeta y dándole un beso.

— Mujer ¿Qué es esa costumbre de besarme sin pedirme permiso? —gruño Vegeta aparentemente molesto.

Bulma sólo atinó a sonreir, subió a su auto y se alejo de la casa de Vegeta.

Pronto llego a su casa, se metió a bañar y se acostó a dormir no sin antes repasar los hechos ocurridos en casa de Vegeta. Los jóvenes estudiantes a platica habían tenido una plática durante la comida que había despertado algo en Bulma pues se daba cuenta que estaba conociendo una parte de Vegeta que jamás pensó que existía.

La comida había llegado y Bulma y Vegeta decidieron interrumpir el estudio por un momento.

— Vegeta... ¿Y tus padres? Al parecer no están en casa ¿Llegan muy tarde de trabajar? —lo cuestionó la chica aunque casi enseguida se arrepintió. Vegeta nunca le había hablado de sus padres y Bulma no queria que él se molestara, asi que espero una mala reacción.

— Mis padres no viven aquí es por eso que no están, ellos trabajan mucho, debido a sus negocios la mayoría del tiempo se la pasan en Europa, viajando y resolviendo cosas es por eso que vivo sólo la verdad es raro encontrarlos por aquí —concluyó Vegeta mirando su plato de comida ahora vació.

Ahora entiendo, es por eso que es tan orgulloso pues siempre esta solo pensó Bulma

— ¿No... no los extrañas? —dijo Bulma con cierto temor.

— A veces, pero ya me acostumbre a ello siempre ha sido asi, desde que tenia 5 años me dejaban para dirigir sus empresas así que los únicos que han estado aquí conmigo han sido el mayordomo que viste y las sirvientas, siempre han cuidado de mi y me han enseñado muchas cosas.

— Por eso los tratas diferente, por que ellos han sido tu familia —concluyó Bulma dándo en el clavo.

— Así es mujer ¿Pero a que viene tanta pregunta?

— Simple curiosidad.

— Pues ten mas cuidado, por ahí dicen que la curiosidad mato al gato—

—Oh, pero el gato murió sabio Vegeta.

...

Pasó el segundo día en el cual Vegeta y Bulma habían estudiado juntos.

Bulma se sentía muy bien en compañía de Vegeta y éste dejaba que Bulma se acercara mas a él; las cosas iban bien y Bulma cada vez se sentía mas atraída por Vegeta, pues la fase que estaba conociendo de él le agradaba muchísimo.

Vegeta por su parte, se había propuesto no ser tan seco con Bulma, los últimos dos días a su lado lo habían hecho sentirse bien, la mujer era agradable aunque hablaba demasiado cuando se daban periodos de descanso. Vegeta había escuchado de la propia boca de la joven que estaba enamorada de él pero eso no la hacía sentir menos nervioso o más seguro; no sabía cómo empezar o que preguntarle, cómo decirle o qué debía hacer exactamente.

Terminaron un día más de estudio y se despidieron como ya era la costumbre de Bulma quién depositaba un delicado beso en la mejilla de Vegeta.

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