Celos

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Bulma había asistido a clases y le había contado a Milk y a Goku sobre la platica que tuvo con Vegeta:

— Entonces no es tan gruñón como parece —dijo Goku mientras tomaba un pequeño refrigerio.

— No, no lo es con las personas de su casa es muy amable y algunas veces me ha parecido oír que ríe con ellos —dijo Bulma.

—Supongo que su orgullo se debe a que se sentía solo ¿no crees? Y aquí no tiene amigos, bueno solo tú —comentó Milk.

— A lo mejor es eso —dijo Bulma no muy convencida.

— Bien ya vámonos Milk tengo hambre —suplicó Goku con ojos brillantes.

Bulma llevó a Goku y Milk a la casa de ésta última y después retomó el rumbo a casa de Vegeta.

Cuando ella llegó la comida ya estaba en el estudio y Vegeta leía un libro.

Bulma empezó a sacar sus libros de su bolsa.

— Que puntual Mujer.

— Basta de charlas, a estudiar —dijo Bulma utilizando la frase que Vegeta le había dicho en su primer día de estudio.

Tenían ya una hora estudiando cuando Flint el mayordomo los interrumpió con el teléfono en la mano.

— Joven disculpe la interrupción pero tiene una llamada —dijo en tono educado el señor.

— Gracias —dijo Vegeta tomando el teléfono.

Bulma se sorprendió —¿Una llamada? Pero si no tiene amigos en la escuela y estos días que he estado aquí nadie le ha hablado ¿Quién podrá ser? —pensó para si la chica de cabello lacio. Por mas que pensaba no se imaginaba quién pudiera hablarle por teléfono a Vegeta así que decidió escuchar con disimulo.

— Hola ¿cómo estas? —saludó Vegeta a la persona con quién hablaba—. No he sabido nada de ti en 3 semanas ¿Cómo van las cosas por ahí? —preguntó él suavizando su seria expresión.

Bulma se sobresaltó al notar el relajado ceño de Vegeta, la situación era un poco rara ya que a pesar de que ya conocía un poco más de él, en esos días nunca lo había visto ahblarcon tanta fluidéz con alguien.

El corazón de la jovencita Briefs comenzó a latir muy deprisa, indicándole que algo no estaba bien.

— La persona con la que él está conversando tiene que ser alguien que goze de mucha confianza de su parte... incluso su expresión es diferente —pensó Bulma observando a Vegeta sin que él se diera cuenta—. Tiene que ser una mujer...

— ¿Qué dices? ¿Llegas mañana? ¡¿Una fiesta?! P-Pero... sabes que no me agradan las... esta bién que Flint se haga cargo a mi no me gustan esas cosas. Mándame la lista de invitados para que se les notifique. Ya ha pasado mucho desde que no te veo que bueno que llegas mañana, todos te extrañamos...

Las palabras de Vegeta retumbanan en la cabeza de Bulma una y otra vez y sin darse cuenta se puso de pie y ya caminaba hacia la puerta dispuesta a dejar aquel lugar.

He sido tan tonta, pensando cosas que no son... él ya está saliendo con alguien y yo...

— ¿Mujer a dónde vas? —la detuvo Vegeta de un brazo—. Aun no terminamos de estudiar ¿Te sientes bien? — preguntó Vegeta confundido.

Bulma no se había dado cuenta de que Vegeta había colgado el teléfono así que su tacto la tomó por sorpresa.

— E-Estoy bien... ya me tengo que ir, disculpa tendrás que acabar tú sólo estudiando porque...

— ¿Por qué te vas? ¿Pasó algo? ¡Mujer habla! —le pidió Vegeta.

— No pasa nada es solo que... —Bulma no pudo contenerse más y por impulso las palabras comenzaron a salir de su boca—. Es solo que estas ocupado ¿no? Mañana tienes una fiesta de no se quién, y necesitas organizarla, así que me voy y ya no te estorbo, así podrás hacer las cosas mejor y...—

Bulma se detuvo al oír que el fax del escritorio comenzaba su labor y luego imprimía una hoja; Vegeta fue a recoger lo que acababa de llegar y Bulma aprovechó para echarse la bolsa al hombro, la chica se disponía a marcharse cuando Vegeta le cerró el paso de la puerta.

— ¿Qué estupideces dices mujer? No te estoy pidiendo que te vayas y no estoy ocupado Flint se va a encargar de todo y...

— Mejor me voy, no me siento muy bien y asi te dejo hacer lo que necesites ya que mañana tendrás una invitada —dijo Bulma tajante.

— Un momento ¿Cómo que una invitada? ¡No te estoy entendiendo nada maldita sea! —Vegeta se estaba empezando a alterar pues no entendía lo que Bulma quería decir.

¿Pero que demonios le pasa? No entiendo ¿una invitada? Pero yo estaba hablando con mi... no puede ser ¿acaso ella...? ¡¿Está celosa?! —pensó Vegeta sintiéndose tonto de sólo imaginarse algo así, pero era obvio que había dado en el clavo.

— No creo que hubieras estado hablando con un amigo era evidente que... por todas esas cosas que dijiste... evidentemente era una mujer —lanzó Bulma de sopetón y arrepintiéndose casi instantáneamente—. P-Perdona, tú no me debes explicaciones, yo... debo irme.

— Tienes razón Bulma estaba hablando con una mujer —contestó Vegeta serio.

Bulma había dejado de gritar y miraba fijamente a Vegeta. Ël nunca la había llamado por su nombre hasta ese momento por lo cual intuyó que la situación se había puesto tensa.

Vegeta se acercó aella y le tendió la hoja que había salido del fax, ella leyó:

Querido hijo, te mando la lista de invitados. No sabes lo feliz que me siento de poder verte después de tanto tiempo, mañana llegaré con tu padre en el avión de la empresa por la tarde. Quiero que invites a esa jovencita Bulma de la que tanto me has hablado quiero conocerla. Mamá.

Bulma termino de leer el fax; estaba roja dela cara y muda de la impresión, por un momento había armado todo un escándalo y se había portado como una niña caprichosa por nada. Miro a Vegeta a los ojos y este también la miraba ya mas tranquilo y con una sonrisa.

— Si era una mujer, mi madre.

— Yo... yo lo s-siento tanto... —comenzó Bulma con voz cortada.

Estuvo a punto de ponerse a llorar cuando sintió como los brazos de Vegeta la rodeaban y la acercaban hacia él.

— No sé que cosas hayas pensado, pero no te sientas mal todo fue un mal entendido—dijo Vegeta abrazándola.

Los celos revelados de Bulma le habían dado una nueva emoción, estaba contento e inclusive no le había importado abrazarla cuando él jamás había hecho tal cosa con nadie.

Bulma se sentía como en un sueño, podía oír su corazón y el de Vegeta muy acelerados, los brazos de aquel joven le daban seguridad y la hacían sentir en las nubes. Cuando termino de llorar, Vegeta le propuso dejar el estudio, y que se fuera a su casa. La acompaño a la puerta y esta vez fue el quien se despidió de beso en la mejilla de ella. Cuando Bulma subió a su auto Vegeta le grito:

— Bueno, mañana es nuestro úlimo día de estudio, nos vemos en el estacionamiento y recuerda que en la noche tienes que estar aquí o sino mi madre nunca me lo va a perdonar.

— ¡Aquí estaré! —contestó Bulma sonriente.

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