Cuando todo comenzó

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Capítulo I

Todo comenzó hace 13 años cuando yo, Anastasia, tenía 5 años de edad y cursaba 1re grado de primaria. Mi papá era soldado y mi mamá era enfermera por lo que los dos me inculcaron el cuidado y la protección que debía ejercer . En esos años todo se compraba con lo conocido llamado dinero, que había comenzado a producirse alrededor del siglo VI y el siglo VII. El mundo tenía cierto equilibrio en todos los sentidos ya que gracias a ello había un orden económico y nos proponía una unión universal. Según las historias que me contaba mi abuela cuando era pequeña, decía que el dinero hacia que las personas disfrutarán de muchas cosas así como también daban servicios que debíamos pagar. Me tomo de los brazos y me colocó en su regaso.

-Déjame decirte pequeña que sólo hay una cosa que el dinero no puede comprar... Ese es el amor.

Ahora todo aquello no importa. Por un motivo las máquinas que producían el dinero dejaron de funcionar. Una organización mundial llamada DFG. Destrucción,Fracaso,Guerra. Estaba en total desacuerdo en que debería de producirse dinero. Para ellos el dinero no era más que un fracaso; que causaba guerras entre los países o hasta en las mismas personas por lo que esto llegaba a la destrucción.

Los años pasaron. El mundo está en completo mal estado. El planeta esta en su punto de extinción y con ello la perdida de la raza humana. Ahora gracias a DFG, el mundo está peleando por sobrevivir. Tienes que pelear por la comida, por medicamentos y luchas para no confiar en nadie, así parezca qué esta jodido.

Tome mi mochila y subí a mi camioneta de último modelo que por supuesto había robado hace no más de una semana. Tenía que buscar provisiones; me hacía falta alimento y gracias a todos los problemas ciertas estancias estaban completamente vacías.

Mire a mi izquierda donde

provenían sonidos que significaban que alguien estaba peleando.

-Maldita sea! dame lo que tengas.

Un joven de unos 24 años sostenía una pistola mientras protegía a un niña de 4 años que se sostenía de su pierna. Apuntaba a un señor, que por su apariencia se veía que venía del edificio de la organización anteriormente mencionada.

-No quiero hacerles daño pero deben venir conmigo.- el señor tenía dos armas algo que le daba ventaja.


Estacione el auto cerca de allí con discreción. No había notado que el guardia llevaba una bolsa amarrada a la espalda con las iniciales DFG.

Baje ligeramente el cristal y tome el arma para justamente apuntar hacia él cuando este le disparó al muchacho.

El joven con agilidad esquivo la bala y enseguida me miró. Rápidamente subí el cristal y atraves de este podía ver como el caminaba hacia mi con paso decidido puse en marcha el carro y desaparesi escuchándolo decir.

-HEY! No te vayas.

Por el momento estaba sola y así era como debía estar. Sin nadie que arruinara todo.

W O R L DDonde viven las historias. Descúbrelo ahora