Peter Stark se dejó caer en la mullida cama exhausto, definitivamente no se equivocó de carrera, amaba enfermería con locura pero eso no significaba que no fuera agotador, a sus cortos 20 años ya estaba en el servicio social, aquello sólo era el inicio de lo que sería el resto de su vida pues nunca había estado más seguro con su futuro que en ese mismo instante. Durante sus estudios terminó fuertemente enamorado del área de pediatría, le encantada cuidar de los niños y bebés, arrullarlos hasta que durmieran o jugar con ellos para entretenerlos durante sus tratamientos, pero el día que roló a emergencia no lo soporto.
El castaño no sabía si era una desgracia o una fortuna, pero parecía ser un imán de victimas domesticas, primero fue una chica de 17 años que había sido golpeada por su padre, después una señora ya con bastantes años casada pero después llegó otra y luego otra y luego otra más.
-Eres tan inocente cariño. - Le dijo una de las mujeres, una de nombre Victoria. - Para todos él es el hombre perfecto, nadie me creerá, lo único que conseguiré es que me declaren enferma mental y me quiten a mis niños... alguien debe enseñarles a no ser como él.
Aquellas palabras aún retumbaban en su mente aún después de siete meses, por ello había decidido abrir un refugio para víctimas de maltrato doméstico, él les otorgaría la ayuda médica y psicológica, les daría ayuda legal y un techo para que se sientan seguros, él estaba dispuesto a otorgar toda la ayuda que le debieron haber dado a su papá, porque puede que Peter a sus 20 años siguiera siendo puro de corazón e inocente, pero no era ciego, él sabía que el gran Capitán América no era lo que todos creían.
Fue un gran padre, claro que sí, jamás les levantó la mano ni la voz ni una sola vez ni a sus hermanos ni a él, pero a su papá Tony... Steven Rogers no era más que un hipócrita de mierda. Con el público presumiendo a su razón de existir pero tras la puerta de su habitación se debía hacer lo que él ordenara.
Aún se recordaba de nueve años pidiéndole a un Harley de su misma edad que no dijera ese tipo de cosas frente al rubio.
-¿Por qué? - Le había dicho más que molesto. - James es un bebé y papá Tony no puede hacerle de comer, papá Steve puede hacerse su propia comida.
Se recordaba también yendo a la habitación de sus padres a los trece años metiéndose bajo las sabanas sin importarle nada
-P-peter, ¿Otra pesadilla?
-Si.
-¿No crees que ya estás muy grande para esto hijo?
-Está bien, vamos a tu habitación.
-Pero ¿Puedes dormir conmigo?
-Sabes que si.
Recordaba esa escena en particular pues se repitió constantemente desde que tenía cinco hasta los trece cada que volvían de sus vacaciones.
A los nueve poco después de que las gemelas nacieron y ellos dejaron de huir Peter se dio cuenta de que Tony no era ni la sombra de lo que fue, se recordaba a finales de ese mismo año lleno de desesperación porque todo lo que tocaba se quedaba pegado en sus manos, asustado había salido de su habitación y al llegar a la sala se encontró con ambos padres, uno tirado en el suelo mientras el más alto jalaba el cabello castaño con fuerza, rápidamente se había escondido, observó un breve intercambio de palabras que sus oídos no alcanzaron a oír y después miró al mayor irse, fue ahí cuando creyó terminar de comprenderlo dándole a aquellas situaciones finalmente un nombre.
"Me caí por las escaleras", "Me caí en el baño", "Me tropecé cargando las botellas", "Me corte mientras cocinaba" "Otra vez uno de mis experimentos falló"
En silencio el primer hijo del matrimonio Rogers camino hasta el maletín de emergencias y fue hasta su padre en silencio, asustado el mayor había querido limpiar sus lágrimas sin éxito y sin decir nada el pequeño Peter tomó uno de los cojines del sofá poniendo a su papá lo más cómodo posible, limpio su labio y ceja ambos reventados con yodo para finalmente colocar sólo una bendita en la ceja, con cuidado levantó la playera y observó los moretones en su cuerpo para finalmente mirar su pierna que estaba en un ángulo extraño desde la rodilla.
-Peter...
Sin querer lastimar más la extremidad tomó todas las almohadas restantes para inmovilizar la pierna y tomó el teléfono.
-Peter deja eso, ¡Peter! ¡Vas a estar castigado el resto de tu vida si no cuelgas ahora mismo! ¡Peter!
-¿Tío Bruce? ¿Puedes venir? Papá cayó por las escaleras y Steve está de misión, no podemos ir al hospital, Harley está de excursión y las gemelas tienen que comer.
Con un rápido asentamiento el menor terminó la llamada, él multimillonario no podía creer lo que había escuchado y las lágrimas rápidamente cayeron con libertad por sus mejillas. ¿En qué había fallado? ¿Cómo es que lo sabía? Sin darse cuenta había abrazado al mayor de sus hijos aferrándose al confort que el delgado cuerpo le brindaba.
-Yo te protegeré. - Le había dicho con seguridad negándose a llorar, su papá lo necesitaba así que debía ser fuerte, pero el fuerte llanto del genio no ayudaba.
Peter recordaba muchas cosas pero la más vivida de todas fue cuando tenía cuatro años, era de noche una o dos de la mañana y el pequeño niño de mejillas regordetas juraba que había un monstruo debajo de su cama, había salido corriendo despavorido con su suave conejo rosa en brazos y fue hasta la habitación de sus papás, abrió la puerta en silencio para no despertarlos pero después había salido corriendo hacia la sala abrazando a su amado peluche con fuerza.
Sabía que lo que sus papás hacían era cosa de adultos, su tía Nat lo había explicado, recordaba incluso que papá Steve y su tía habían peleado, pues según el rubio él era un niño y no tenía que saber de esas cosas, papá Tony se lo había llevado después de eso pero su tía Nat había regresado a escondidas para terminar su plática.
-Sé que eres joven, pero debes estar preparado para todo. Uno nunca es demasiado joven para saber.
Pero lo que el menor no entendía era el hecho de que su papá Tony decía que no, era tan confuso, los adultos solían hacer cosas que no querían, pero papá Steve le había explicado que un "No" siempre sería "No", entonces, ¿Por qué lo hacía si papá Tony no quería?
No fue hasta que tuvo 14 años durante una plática de sexualidad que el saber le cayó como un balde de agua helada.
Steve había violado a su papá.
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Acónito
FanfictionEl matrimonio Rogers son la viva imagen de un matrimonio perfecto. La familia Rogers son la envidia del mundo entero, diariamente puedes verlos, en los parques o las fiestas, así como en la feria de ciencias. Todos anhelan una vida tan perfecta, ent...