Capítulo 1

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  Camino lentamente por las calles de Santigo de Compostela. La noche ha caído hace ya unas horas y no hay gente a la vista. Morte se despereza, moviendo sus alas.
  - Bonito cuervo. - dice una voz a mi espalda.
  - Gracias. - contesto mientras me doy la vuelta, e inmediatamente me arrepiento.
Detras mia hay un niño bajito , de unos diez años, pelo rubio y ojos castaños y saltones. De por si eso no es ningun problema, exceptuando que está muerto.
Tengo la capacidad de ver fantasmas desde que nací, o por lo menos desde que tengo recuerdos. Después de varios problemas tengo la norma de ignorarlos, hacer como que no los veo ni los oigo y hasta ahora me funciono bien.
- ¿Puedes verme?
Decido que lo mejor sera hacer como si nada, pero ya es demasiado tarde.
- Si, puedo verte, pero vamos a hacer como que no.
Sigo andando pero el niño me sigue. Al cabo de unos metros me canso y decido encararlo.
- Mira niño, no me gustan los fantasmas, asi que tu por tu camino y yo por el mio.
Esta a punto de llorar y eso en teoría debería hacerme sentir mal, pero mi experiencía con fantasmas que intentaron matarme, que intentaron torturarme, que me acosaron y una larga lista de cosas malas me dicen que mejor que llore y se vaya a que me siga.
- No tengo a donde ir.
- Eres un fantasma, no tienes que tener un sitio a donde ir.
A diferencia de lo que se cree, no hay cielo ni nada por el estilo. O quedas como fantasma para siempre o mueres.

  No sé como ha sucedido, no sé ni que pasó por mi mente, pero aquí estamos en mi casa el niño fantasma, Morte y yo. Mis padres como siempre no están.
- Tienes prohibido entrar en mi dormitorio y en el baño. Si entras en una sala en la que estoy yo haz algun ruido para no pillarme de sorpresa, odio los sustos.
- ¿Y si quiero hacer pis?
- Estas muerto, no necesitas mear. - se que sueno un poco borde, pero no puedo evitar que me salga el mal genio con los fantasmas. - Me voy a dormir. Más te vale no hacer ruido de noche.

  Despierto tranquila, con Morte acurrucado a mi lado. Parece que va a hacer un buen dia.
- Buenos dias.- saluda el niño fantasma desde la puerta. - Espero que no te moleste pero he hecho el desayuno para agradecer tu ayuda.
Si no fueran las ocho de la mañana y no me acabara de despertar seguramente habria protestado por tocar mis cosas, pero en este caso el hambre ganó a mi cerebro.
- Gracias. - medio gruño.
Camino lentamente hacia la cocina, casi como un zombie y me siento en la mesa. Al intentar coger el desayuno veo que en vez de comida hay un libro antiguo, pequeño y con símbolos extraños.
- ¿De donde sacaste este libro?
- ¿Que libro? - pregunta asomandose.
Señalo al polvoriento libro que hay sobre la mesa.
- Nunca lo habia visto, ese libro no estaba cuando hice el desayuno.

Lilith Kasterland 1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora