CAPÍTULO CUATRO

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Una lágrima resbala lentamente por que rostro, sonríe tristemente y oculta la fotografía en un cajón en la mesita de noche al lado de su cama.

Su cabello rosa está enmarañado y sus ropas todas desechas al igual que su cama, fue hace unos minutos que ha despertado con esa nostalgia incrustada en el pecho, asi que simplemente no ha podido evitarlo y lo hizo, lo que lleva tratando de no hacer desde hace mucho tiempo,se escuchan leves golpes en la puerta de su habitación y después de soltar un breve pase, dos jóvenes se presentan ante él.

El primero, trae el cabello castaño y peinado hacia un lado, pulcro y limpio

Su traje es informal, un buzo de colores fucsia, blanco y negro y unos pantalones holgados del mismo color en estampado militar y unas zapatillas negras,y junto a él más bajito con cabello negro y peinado de libro abierto con ligeras ondas a los costados pero con el rostro más serio y un traje más formal, una camisa blanca junto a un chaleco gris y una chaqueta blanca, unos pantaloncillos cortos del mismo color y unas medias largas del mismo tono.

Trae unas gafas sin medida y una libreta en la mano.

—Buenos días su majestad, para el dia de hoy tiene muchos pendientes fuera del reino, por lo que almorzará fuera del castillo—le dice mientras lee todo lo que el rey tiene que hacer.

—Así es, nosotros la guardia real estamos a su servicio—agrega el muchacho más alto.

—No me digan su majestad, llamenme Kai, con confianza, ya dijimos que todos somos familia.— les dice mientras se pone de pie y camina hasta ellos para darles un fuerte abrazo y besarle sus mejillas—Son personas maravillosas, gracias por existir—les sonríe y se encamina hasta su armario, pronto un tercer muchacho aparece y lo ayuda a despojarse de sus prendas.

—Buenos días pequeño Jae, tan guapo como siempre—dice mientras toma asiento y deja que el jovencito elija su atuendo del día.

Una vez con su traje blanco y una boina en su ya peinado cabello se encamina hasta la entrada del castillo.

—Johnny podrías informar a ChanYeol que no vamos a estar todo el día en el reino—le pide amablemente al muchacho más alto de la habitación quién sonríe y asiente.

—Claro que sí su majestad—responde mientras se va corriendo por los pasadizos del enorme castillo.

—Hendy cariño ¿ya desayunaste?—le pregunta al joven de gafas quien niega con la cabeza mientras sigue leyendo la apretada agenda del rey.

—No, su majestad.

—Pues primero vayamos a comer y luego haremos todo lo demás ¿te parece?— suelta con cariño, cuidar del menor es lo que hace de su miserable vida algo más placentera, desde el sensible fallecimiento de los padres de Hendery, él ha sido quien cuida y vela por él, si pudiera describir eso de alguna manera sería como amor fraternal, Hendery es como un hijo para él.

—Pero su majestad—trata de evadir el desayuno.

—Nada de peros, JaeHyun tu también te nos unes, llama a John, nos vemos en el comedor— suelta y el joven asiente.

—¿Podemos comer huevos pasados?

—Lo que mi pequeño sastre desee.

—Y-yo quisiera un zumo de naranja—dice bajito el secretario.

— Lo que mi bebé quiera—dice risueño y le revuelve el cabello.

Al aludido se le tiñen de rojo las mejillas y todos salen de la alcoba del rey.







ChanYeol está sentado con las piernas colgando hacia el vacío y la mirada perdida.
—Chan hyung—grita el menor y se acerca a él, asustándolo y provocando que casi caiga del lugar.

—¡John! Casi me matas de un susto y de una gran caída—responde volteando a verlo.

—Lo siento—responde apenado—el rey me ha mandado a informarle su ausencia durante todo el día por una serie de citas que tiene que cumplir de su apretada agenda.

—Y quiere que me quede a cuidar el palacio—responde ya sabiendo su tarea.

—Así es—responde algo incómodo, sabe lo capaz que es ChanYeol y lo molesto que se ha de sentir estando todo el tiempo atrapado en el ala este del castillo.

—Dile que no se preocupe, el castillo está a salvo conmigo en él—suelta y se baja de un salto de las barandas.

JaeHyun aparece algo agitado pues los ha estado buscando por el enorme lugar, incluso se ha perdido un par de veces.

Es gracioso pues, a pesar de vivir ahí, el castillo parece jugarles una broma haciendo que se pierdan de tiempo en tiempo, considerando lo enorme que es, con las blancas paredes de seis metros de altura y los pisos de mármol, las blancas cortinas que cubren los gigantescos ventanales.

El castillo del rey Kai es enorme y un lugar muy hermoso, con olor a flores por donde vayas, siempre brillante y agradable.

—John, dice el rey que vayamos a comer con él —dice una vez ha encontrado a su mejor amigo y al guardia real.

—Amo comer con su majestad—dice ilusionado el más alto.

—Y yo—responde risueño recordando la vez en que tenía un extraño antojo de pizza y el rey lo llevó al mundo humano para comprarle una en ese restaurante italiano.

—¿Te nos unes hyung?—pregunta el castaño y el de cabellos violetas niega.

—Ya desayune, me quedaré aquí.

—Lo que usted desee, vamos Jae—dice y se retira del lugar con el sastre tras suyo.

KOKOBOP World (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora