¿Te imaginas tu vida en un hermoso castillo?
No, claro que no.
Pero lamentablemente para nuestra protagonista tampoco, tachada de un transtorno que no lo padece es obligada a vivir en un psiquiátrico.
No solo tiene que convivir en aquel lugar, si no...
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Todo ser vivo tiene la muerte garantizada.
-Anónimo-
Trato de controlar mi respiración después de esa carrera que hice, me encuentro detrás de un árbol. Miro hacia la puerta afortunadamente no se encuentra nadie. Lentamente me arrastró hacia la banca que está a mi lado derecho lo más silenciosa posible. No quiero llamar la atención o estaré muerta.
Cuando logro llegar a mi objetivo me apoyo sobre ella, observo mi pierna con cuidado solo es un pequeño rasguño, nada grave pero duele demasiado. Levanto un poco mi cabeza para poder ver hacia el frente, las puertas están abiertas todo es absoluto silencio. Hasta que un fuerte grito logra ponerme en alerta, miro hacia los lados pero no logro ver nada a paso lento trato de ir hacia el lugar de aquel grito. Me es casi imposible porque como dijo la rubia extraña ¡hay un asesino! ¡suelto!
Desde que llegué aquí mi vida ha sido toda una película de terror, sin duda hermoso.
Me pegó lo más que puedo contra la pared. Trato de que las cámaras me vean lo menos posible. Al estar cerca de donde fue el grito afiló más mi vista para poder ver en la oscuridad, a lo lejos puedo ver en el suelo una figura, me acerco con precaución. Cuando estoy a menos de un metro puedo sentir como un líquido se pega a la suelas de mis pantuflas.
Me agachó para tratar de ver qué es el líquido pero solo logro ver algo negro, lo llevo a mi nariz tiene un olor metálico, levanto mi cabeza al escuchar un ruido. No hay nada, observo a mi alrededor. Nada, me quedo mirando fijo hacia el frente solo logro ver un gran muro de cuatro metros. Todo está muy silencioso; solo siento la helada brisa de la madrugada, esto me aterra cada vez más.
Dejando el líquido extraño de lado me acerco unos centímetros a la figura frente mío, de esa figura sale el mismo olor, el olor metálico inunda mi fosas nasales. Esfuerzo mi vista lo más que puedo hasta que logro encontrarle forma. Aterrada y shockeada caigo sentada hacia atrás sobre aquel líquido metálico, no se cuanto tiempo me quedo ahí; mirando fijamente la figura humana frente mío.
Me levanto rápido al imaginar que estoy sentada sobre la sangre de aquella persona, aterrada doy paso hacia atrás hasta chocar contra algo duro en ese momento me doy cuenta que estoy temblando. Cagada del miedo me doy vuelta lentamente, al ver que choque contra una pared suelto un suspiro de alivio y una risita nerviosa.
Repasó mentalmente lo sucedido hace uno minutos, me doy cuenta que hay un cuerpo en el medio del patio, bajo la mirada hacia mis manos y ahora lo veo con toda la claridad. Sangre, estoy manchada de sangre ese olor metálico era la sangre de esa figura. Observo al mi alrededor, no hay nadie, no veo a nadie ni porque lo intente.
Rendida miro el cielo, no hay ninguna luna ni estrellas, el cielo se encuentra nublado.
