El camino de había sentido como la muerte para Gen. Era demasiado accidentado y los bosques eran simplemente laberinticos con su raíces nudosas lastimando sus pies obstinadamente descalzos. Había hecho bien en optar por vestimentas más sencillas y prácticas que las que usaba en la Corte y, si eso no era suficiente para lucir desapercibido, las ramas y la tierra había hecho un buen trabajo en darle un aspecto más desgarbado y rústico.
Por supuesto, también ayudaba el haber seguido la recomendación de Ukyo y teñir su cabello al completo de negro, debía recordar rerocarlo de vez en cuando o la tintura temporal mostraría los mechones blancos. Aunque, había sido tanto trabajo teñir los cabellos largos que más de una vez considero cortarlos, pero suponía que eso suscitaria algunas quejas de vuelta en la Corte, así que optó por mantenerlo como estaba.
Le había tomado casi tres días llegar a los límites del bosque, justo donde se encontraba la única entrada oficial al reino Ishigami. Gen había estudiado todo lo que disponían del reino. Era pequeño y algo atrasado, siempre habían sido meticulosos con la entrada de personas ajenas a su pueblo y, por lo que sabía, únicamente destacaban por su riqueza en piedras preciosas. Tenían escaso comercio con otros reinos, pued eran bastante autosuficientes, sin mencionar que estaban aislados, en el centro de un lago se albergaban las dos penínsulas rodeadas de montañas que eran el corazón del reino. Por lo tanto su defensa natural era indiscutible, el único modo de llegar era por el puente principal.
Gen estaba considerando cual era la mejor manera de engañar a los guardias del puente para que lo dejaran entrar, cuando de pronto se dio cuenta de los ruidos animados, le tomó un segundo percatarse de lo que ocurría al llegar a los límites del bosque. En las afueras del reino había una gran conglemoracion de personas en lo que parecía ser un festival, sin embargo, Gen no podía entender del todo lo que veía.
Lo primero que notó, fueron las esferas transparentes y brillantes colgadas en lo alto de los puestos ambulantes y algunos árboles. La luz era tan clara y brillante como la luz del día, estaba seguro de que no eran linternas alimentadas por fuego. Nunca había visto nada así. También había toda clase de artefactos desconocidos, grandes círculos dentados, de lo que suponía era algún tipo de metal, giraban constantemente mientras se unían a una rueda más grande de madera que giraba en el río mientras el agua caía en el, su función, simplemente escapaba de sus conocimientos.
La escena era un poco desconcertante, pero aunque no seguía los principios de la estética tradicional que Gen había tenido tanto cuidado en aprender, podía decir que era hermosa a su manera. Había cierta calidez y confort en la luz amarillenta que cubría a los aldeanos que reían y disfrutaban de su diversiones y alimentos, algunos que incluso nunca había visto, como esas nuves esponjosas y blancas, todos iluminados y brillantes como si se encontrarán bajo el mismo sol.
No pudo evitar acercarse inconscientemente, demasiado hipnotizado por el brillo, como una polilla hacia la flama. Y, antes de darse cuenta, ya estaba maravillado las luces que colgaban sobre su cabeza. Realmente no era fuego, pero Gen podía sentir la calidez que emanaban, se preguntó si de todos modos lo quemarian si trataba de tocarlas. No lo sabía, pero eran hermosas, y probablemente no debía mirarlas tan fijo, porque pudo sentir el ese escozor en sus ojos que sentía las raras ocasiones en que podía mirar directo al sol.
No sabía si se debía al movimiento de las personas, el exceso de ejercicio o las luces extrañas, pero por un momento sintió la calidez del día en su rostro. Cuando no soporto mirar más y cerró los ojos, pudo sentir la humedad en su mejilla. Eso lo despertó del hechizo.
Se maldijo. Estaba en medio del festival del reino al que debía espiar. Debía salir antes de ser notado pero, de pronto sintió que alguien toman su mano. Se sintió tensar y se maldijo de nuevo por haber bajado su guardia cuando se dio cuenta que se trataba de una pequeña niña con la cara cubierta por lo que parecía una máscara de sandia.
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Lo que deseo
FanfictionAsagiri Gen era solo una flor luchando por crecer en la noche eterna del barrio rojo, resignado a vivir y morir en las promesas de la oscuridad apenas velada por la luz de la luna. Aún si su estatus le permitía vivir como príncipe, solo gobernaba su...