Capítulo 5

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Después de un par de semanas de cuidadosa observación, Senku llegó a formar algunas conclusiones acerca de Asagiri Gen. Recalcando lo obvio, era realmente bueno en tratar con las personas. Había tomado menos tiempo del pensado el llegar a soluciones para las necesidades de la gente del Reino Ishigami, gracias a las habilidades de comunicación de Gen. Había usado eficientemente todo el conocimiento que otros podían proporcionarle, no sólo se trataba de Ruri, Kohaku, Suika, Chrome y Kaseki, incluso consulto a los aldeanos. Todos habían sido la fuente de información que el hombre necesitaba para crear estrategias perfectas que resolvieran las molestias que aquejaban a los pobladores de su reino. Senku están francamente impresionado con el ingenio, diligencia y eficiencia de Gen.

Además, se había dado cuenta de algunas otras cosas en el camino. Por ejemplo, el hecho de que, el una vez más famoso Taikomochi del reino y favorito del nuevo emperador, era en realidad menos superficial de lo que quería aparentar. Más que el lujo y el confort, Asagiri Gen parecía codicioso de algo más, y Senku podía intuir vagamente lo que era, reconocimiento. No era un asunto de vanidad, no. Se trataba más bien su la validación como individuo, lo cual lo tomó bastante por sorpresa teniendo en cuenta lo seguro y confiado que Gen siempre parecía. Pero si tomaba en cuenta sus circunstancias, suponía que podía entenderlo. Por supuesto, todo era una hipótesis difícil de comprobar, no sería tan poco delicado como para preguntar de frente e incluso si lo hiciera, tal vez Gen mismo no había llegado a esta realización o deseaba verla realmente. Los humanos eran seres complejos y las emociones lo eran aún más, y pese a que la ciencia le permitía saber muchas cosas sobre los humanos, Senku nunca sintió que pudiera comprender del todo a otro ser humano, incluido el mismo.

De cualquier manera, no le correspondía a él cuestionar las motivaciones y anhelos de Gen. Lo importante para él, era que podía confiar en el hombre para encargarse de las funciones que no podía realizar el mismo. Definitivamente, cuando uno no tenía las habilidades necesarias, lo mejor era reclutar a personas talentosas que pudieran ayudar. Además, estaba gratamente sorprendido por el hambre de conocimiento del hombre. Gen era curioso y Senku podía apreciar y respetar eso, tal vez su curiosidad no lo llevaba al mismo campo que a él, pero aun así lo llevaba a lugares valiosos. Gen tampoco tenía reparos en enseñar a otros lo que había aprendido. Prueba de ello era la academia que habían formalmente fundado, donde Gen y Ruri difundirán sus conocimientos con los niños y aldeanos dispuestos a aprender.

En resumidas cuentas, Asagiri Gen había resultado ser menos superficial, vanidoso y distante de lo que pretendía ser. Era una persona diligente, eficiente, intuitiva, inteligente, curiosa, generosa, creativa y dispuesta a trabajar por el bienestar de otros. Lo que lo convertía en la persona ideal para ser su mano derecha. Senku necesitaba alguien que lo ayudara a sostener el reino, que lo apoyara al ejercer las funciones que le eran tan ajenas, porque jamás las quiso ni se preparó para tener. Nunca había querido ser rey, para él, trabajar con la ciencia era lo único importante. Sin embargo, las circunstancias lo habían colocado en este lugar y no podía simplemente tomar lo que necesitaba del Reino Ishigami y descuidarlo después. No, de alguna manera debía cumplir con el pueblo que creía en él.

Por lo cual estaba más convencido que nunca de traerá Asagiri Gen permanentemente al equipo del reino de la ciencia, este era el lugar donde Gen podría desempeñarse mejor y usar sus habilidades. Senku creía que Gen estaba lo suficientemente comprometido con el reino como para verlo como un hogar y ayudar a su desarrollo y bienestar. Lo que significaba también que era momento de mostrarle su plan y sellar definitivamente su alianza. Estaba diez mil millones por ciento seguro de que Gen escogería su lado cuando viera la grandeza de la ciencia.

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Gen se preguntaba a veces qué demonios estaba haciendo. Habían pasado semanas de su llegada al Reino Ishigami y se estaba poniendo demasiado cómodo para su bien. Usualmente olvidaba la precariedad de su posición, que no era realmente parte del reino, ¡era un espía del imperio! Pero... Realmente no podía evitar preguntarse seriamente si podría quedarse aquí.

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