Capítulo 2

92 3 0
                                    

Yo lo miraba, no sabía quien era, pero su singular forma de reír y observar hacía que lo mirara aun más. Repentinamente, un compañero mío hace sonar unos vidrios quebrados y el grupo de jóvenes se dan vuelta tan rápidamente, ¡que lograron vernos a todos nosotros! Casi todos los chicos salen corriendo lo mas rápido posible, mis compañeros salieron para ver si la situación estaba bien y si es que tenían que hacer algo con ellos, pero solo quedó uno, el chico especial. Quedó un buen rato mirandome, su expresión y mirada no era de espanto (como lo hacen normalmente los vivos) sino era de asombro.

- ¿Quién eres? -me preguntó mientras sus ojos cristalinos se fijaban en mi.

- Eso no importa ahora, debes irte -respondí tratando de evitar su mirada.

- ¡No! ¡Dime quién eres! -Su tono de voz se estaba elevando.

- Por favor... Debes irte ahora...

Él era distinto a todos los demás visitantes, él podía verme como era yo en mi aspecto real, no como los otros que me ven como un espectro blanco y flotante.

- No me iré hasta que me digas quién eres.

- ¿Acaso no ves? ¡Soy un fantasma! Y debes irte ya.

- No creas que me iré, volveré mañana para seguir insistiéndote.

Me miró y se fue. Esa sensación fue extraña.

Detrás venían mis compañeros luego de haber hecho su trabajo. Mi amiga Ámbar me mira fijamente y me dice:

- ¿Qué fue eso?

- ¿Eso qué?

- ¡Esa conversación!

- ¿Qué? ¿Con quién?

- Ah! ¡No te creas! Recuerda que no puedes hacer mucho contacto con los vivos.

- Eh... Si claro... Lo recuerdo...

Celeste NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora