Capítulo 5

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Lo vi parado cerca de un rincón, esa fue la primera vez que lo vi temblar, no era de miedo, ni de frío, era de nervios.

- Esteban, ¿que haces aquí?

- Perdón Celeste... De verdad lo siento por no venir, pero este ultimo tiempo... -hizo una pausa, suspiró y tragó saliva- He sentido cosas extrañas, y en mi corazón.

- ¡Ah! Pues, conociste a una chica linda.

- Si, oh, bueno, pues... No sé si me entendiste pero... -lo interrumpí.

- ¡Claro! Puede ser que conociste a una chica de tu escuela, ¿que tal es? -ingenua yo, como siempre, le seguía el juego, con un tono risueño.

- ¡No! ¡Celeste, por favor entiéndeme! -comenzó a alterarse.

- Ah entonces no es de tu escuela...

- Siento... ¡Siento cosas por ti Celeste!

- Ah... Que... ¡Por mi! -quedo paralizada- Esteban por favor sabes que soy un fantasma, y no me gustaría que hicieras "necrofilia" o... que consumieras mi alma... -comencé a desesperarme de a poco.

- ¡Lo sé, lo sé! Pero, al pasar buenos momentos contigo, me hizo ver mucho mas allá...

- ¡Claro que mucho más allá! ¡Soy un fantasma! -le grité.

- Celeste por favor, no te enojes conmigo, alguien tan dulce como tu... no puede verse así... -me miró con los ojos brillantes como de culpa.

- Oh... Claro, lo siento. -Me relajé un poco.

- Y, ¿no me vas a decir nada más?

- ¿Qué más voy a decir?

- ¡Vamos! Aún debes tener sentimientos.

- Si, si, pues, no sé por qué me alteré tanto si... -miro al suelo para respirar un momento- Yo también siento cosas por ti...

- Es... ¿Es en serio? -comenzó a abrir sus ojos en busca de esperanzas.

- Si, Esteban... -estaba algo nerviosa con lo que iba a decir- este tiempo me di cuenta de que eres un chico adorable, preocupado, lindo y simpático, pues claro que podría sentir cosas por ti.

- Wow -boquiabierto escuchó todo lo que dije, una sonrisa se le dibujó en el rostro- pues pienso lo mismo de ti, eres muy honesta.

- Gracias -dije con una leve risita, luego recordé su ausencia en estos días y me preocupé algo- Y... ¿Por qué desapareciste un tiempo?

- Es que... No tuve el coraje de decirle a un espíritu que me gusta... -se sonroja.

- ¡Que tierno eres Esteban! Pero, lamentablemente en las condiciones que estoy no podemos hacer nada.

- ¿Cómo que no? Lo he pensado muy bien y pues... Quiero ser parte de tu mundo, el mundo de los muertos.

Celeste NocturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora