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- ¿Y... qué querías mostrarme? -pregunté.

- Esto -sacó de su bolsillo trasero un papel doblado en cuatro partes y me lo pasó.

Me senté en una de las sillas y desdoblé el papel, haciéndolo crujir entre mis dedos. Cuando la hoja se encontraba completamente extendida en mis manos, comencé a leer aquella caligrafía alargada que se plasmaba en el papel.

Hay algo en la forma en que ella se mueve

Que me atrae como ninguna otra amante.

Hay algo en la forma en la que ella me coquetea

No quiero dejarla ahora,

¿Sabes? Lo creo ahora.

En algún lugar de su sonrisa, ella sabe

Que no necesito otra amante

Algo en su estilo que me muestra

No quiero dejarla ahora

¿Sabes? Lo creo ahora.

Me preguntas si mi amor crecerá

Pero no lo sé, no lo sé

Permanece cerca

Y posiblemente lo veas

Pero no lo sé, no lo sé.

En algún lugar de su sonrisa, ella sabe

Que todo lo que tengo que hacer es pensar en ella

Algo en la forma que ella me muestra

No quiero dejarla ahora,

¿Sabes? Lo creo ahora

Me quedé mirando las palabras sin leer de nuevo. Yo no era estúpida. ¿Qué clase de canción era ésta? Él había escrito una canción con acordes y estribillos y era difícil escuchar a mi razón, sintiendo cómo la dura lucha contra el impulso la hacía flaquear. Pero yo no era estúpida.

Algo en esas frases de caligrafía alargada susurraba mi nombre; lo sabía lo sentía. Y entonces pude escuchar un poco la voz de mi razón, de mi cordura, que me hacía pensar en Yoo Bi más de lo que ya lo había estado haciendo.

Yo amaba a su novio, no entendía cómo en tan poco tiempo, pero lo amaba, podía incluso jurarlo; pero eso no me daba el derecho de arrebatárselo. Era su joya, no la mía, y yo se la estaba robando.

Miré a Woosung, que esperaba impaciente a que le dijera algo y lo único que pude deducir en aquel momento fue parte de la verdad, llegó a mí como una estrella fugaz que pasa y deja la luz en los ojos, como un soplo del viento que aclara la mente.

Woosung se estaba comportando como un cretino, ¿acaso estaba jugando con ambas? Iba, me regalaba, me llevaba y hasta me escribía una canción, porque podía asegurar que esa canción era para mí; y luego llegaba y abrazaba, besaba y le entregaba su cariño a Yoo Bi. Me sentí un títere en sus manos. ¿Pero cómo poder reclamarle? Ni siquiera tenía los argumentos bien cimentados. Mi mente era todo un caos de pensamientos, conjeturas e hipótesis absurdas.

- ¿Y? -preguntó, ansioso.

- ¿En quién te inspiraste? -inquirí, tratando de que mi voz sonara casual. Él no debía de tener ni la más mínima sospecha de lo que pasaba por mi cabeza.

- Sólo... me llegó la inspiración. Pero, ¿te gusta? -insistió, ladeando el tema.

- Es... linda -dije, en realidad lo era, pero sólo si lo veía de una perspectiva muy, pero muy superficial.

- Parece como si no te hubiera gustado -musitó, y a su rostro asomó una máscara de pesadumbre.

Le ordené severamente a mi corazón que se callara; anhelaba besarlo y al mismo tiempo abofetearlo; deseaba salir corriendo tan lejos como me fuera posible. ¿Cómo podía él estarle haciendo esto a Yoo Bi? Pero aun, ¿cómo podía yo estarle haciendo esto a Yoo Bi?

- Está preciosa, Sammy, pero... -murmuré.

- ¿Pero? -buscó mi mirada, que repentinamente se encontraba gacha.

Me atreví a levantarla, sólo para poder verle el rostro y decidirme si lo que quería era abofetearlo o... besarlo. Eliminé ambas ideas de mi cabeza al instante y miré el reloj, ¿sólo habían pasado quince minutos?

- Pero... olvidé algunas fotos con Jimin y debo ir por ellas -farfullé, nerviosa. Optando por la opción que menos parecía una locura. Escapar. Y esperando a que se creyera mi mentira.

- ¿Jimin? ¡Oh, claro! -sonrió- Te acompaño, y así me la presentas por fin -dijo.

- No -la corta palabra salió veloz, tajante.

Woosung se hizo para atrás, confundido.

- Es que...-tartamudeé - Voy a tardarme, mucho -hice un énfasis innecesario para la última palabra- Llegaré tarde y no es apropiado que hagas esperar a Yoo Bi otra vez, así que tú quédate aquí -sonreí-, espérala. Estás en tu casa.

Tomé precipitadamente el sobre de pretil y lo apreté bajo mi brazo, las llaves las tomé con la otra mano.

- Pero...

- ¡Oh! Por cierto -lo interrumpí- felicidades porescribir una canción tan... bonita -dije y salí por la puerta, huyendo como una niña asustada

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Yes, Woosung escribió Something de The Beatles

-𝘔 𝘐 𝘓 𝘓 𝘖 𝘕 𝘌 𝘚

𝙼𝚊𝚗𝚞𝚊𝚕 𝚍𝚎 𝚕𝚘 𝑷𝑹𝑶𝑯𝑰𝑩𝑰𝑫𝑶||𝖪𝗂𝗆 𝖶𝗈𝗈𝗌𝗎𝗇𝗀-𝖳𝗁𝖾 𝖱𝗈𝗌𝖾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora