Hoy una Dama se despide, hoy la dama cambia de camino. No bien supo el destino que cargar con el cuerpo ya era castigo la liberó del polvo y la convirtió en estrella. Nadie brilló como ella y hoy desde el infinito nos mira. Era compañía de mi cielito lindo del que ya poco queda en este plano, reprocharía el abandono pero respeto la muerte cuando llega generosa y justa.
Dama dulce, Dama mía, saliste del capullo a la vida, que te lleven tus alas al cobijo de los dioses y con las mismas nos cobijes mortales. Arrópanos con la sabiduría del tiempo e ilumina los caminos de paz que de las guerras se encargan los demás. Sé con certeza que aún si la ausencia del cuerpo se parece al olvido el sentir de la brisa nos recuerda la eternidad, será entonces etérea tu imagen debajo del naranjal que sembraste.
Descansa en paz, Dama.
ESTÁS LEYENDO
Sin entregar
RandomSolo estar acá es un acto de sensibilidad, para mí escribir una carta es algo sublime, los mensajes de texto y las redes sociales nos ha dado con los años una sensación de inmediatez mientras nos roban el privilegio de disfrutar lo que decimos en el...