Un reemplazo para Arty (En edición)

⇏ Capítulo 3 ⇍

Requisitos para salir con Mikaela.

Los interesados deben cumplir las siguientes pautas:

1. Tener un trabajo/ estudiar (Para ser más específico, no ser un vago).

2. Ser soltero.

3. Tener sentido del humor (para que nunca le faltan las risas a su vida).

3. Sin antecedentes criminales (a menos que seas una especie de Robin Hood que roba para los pobres).... Es broma, tampoco eso.

4. Saber cocinar.

5. No ser un imbécil.

6. Que te gusten las mascotas (Tiene un perro, así que si eres un maltratador de animales, no sigas leyendo).

7. Básicamente, ser una persona decente. 

Nota: Más te vale aprovechar la oportunidad y no lastimarla.

Atentamente: alguien que sabe usar una escopeta :)

Leo por quinta vez lo que Arty me ha obligado a escribir y de la nada me empiezo a sentir mareada. Apenas estoy intentando comprender esa misión de la que tanto habla y está lista solo le suma un poco más de locura al asunto, que digo poco, muchísima más locura.

—No creo que esto vaya a ser de ayuda —murmuró, negando con la cabeza.

—¡Claro que sí! A ver, dámela... quiero asegurarme de que este todo. —Me quita la hoja.

—Creí que no podías tocar nada... —digo, dándome cuenta de que puede sostener el papel sin que sus dedos lo traspasen.

Él me mira, sonriendo.

—Puedo tocar todo lo que me conecta a ti y lo que nos ayude directamente con la búsqueda. —Me explica. No tarda en volver a centrarse en la lista —¿Quieres un novio atractivo? Aunque, pensándolo bien, no creo que alguno pueda superar mi autentica belleza.

Le arrebato la hoja.

—Estas condiciones...

—Son requisitos. —me corrige.

—Es lo mismo.

—No, las con...

—¡Como se llamen, Arty!

No tardo en mirar hacia todos lados, alarmada. Y aunque, he hablado en voz alta, nadie parece darse cuenta de mi arrebato. Todos los pasajeros se mantienen en lo suyo y es como si no me hubiesen escuchado hablarle a la ¨nada¨.

—¿Cómo es...? —Miro a Arty, en busca de entendimiento.

—Olvide contarte algo. —Piensa un momento antes de volver a hablar —: Puedo bloquearnos. Oculto todo lo que haces cuando estás conmigo, para que nadie note que hojas flotan de nada... —Me quita la hoja y la agita en el aire —y que abrazas a espacios vacíos.

Espero y espero, sin embargo, nadie se gira a mirarnos.

—¿Y qué es lo que ven cuando me miran? —pregunto.

—Lo que yo quiera que vean.

—¿Y qué ven ahora mismo?

Su sonrisa se extiende.

—A una chica mirando por la ventana mientras llega a la universidad. —me dice —Pero, solo puedo hacerlo pocas veces, y las reservaré para momentos importantes, ¿de acuerdo? No queremos desperdiciarlas.