Capítulo único

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Nota: En este fic, Dazai continúa siendo parte de la Port Mafia

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Nota: En este fic, Dazai continúa siendo parte de la Port Mafia

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Cuando Chuuya notó a Dazai entrando al cuarto, fingió que no lo había visto. Se enfocó por completo en los papeles que tenía en el escritorio, procurando completar los informes lo más pronto posible para que Mori no le llamara la atención. Por ello, ignoraría por completo aquella molestia que por alguna extraña razón había entrado en la oficina general, haría como si ni siquiera estuviera respirando el mismo espacio que él, fingiría que no existía y...

—Hey, Chuuya —llamó la persona que atormentaba la mente del pelirrojo con tono cantarín, lo que provocó el primer tic del día en él, en sus cejas. Apretó los labios y fijó la vista en los documentos—. Chuuyaaaa, hey. Mira lo que tengo.

Chuuya inhaló profundo, sabiendo que debía reunir toda su paciencia y fortaleza mental para no caer ante los llamados insistentes del demente que revoloteaba a su alrededor como un estúpido bicho.

Bajó la cabeza, intentando ocultar así su rostro del otro muchacho.

—¡Chuuya! —exclamó el castaño, toqueteando los hombros del pelirrojo y canturreando muy cerca de sus oídos—. ¡Chuuya, no me ignores!

Por supuesto, eso fue lo único que hizo, procurando con todas sus fuerzas no dirigir ni una sola mirada a Dazai o esa sería su derrota.

—Vamos a jugar —continuó Osamu Dazai, con ese tono alegre que fastidiaba tanto a Chuuya y lo único que pensaba era en meterle un zapato por la boca para que se callara de una buena vez. Disfrutó la imagen mental con una sonrisa ladina—. Sé de un juego muy interesante que te va a gustar.

Aquella frase captó un poco el interés de Chuuya, quien arrugó la nariz en una mueca de fastidio total. Suspiró largo y lento, rascándose con fuerza una mejilla para alzar levemente la vista. No lo miró, no hizo ni pizca de contacto visual. Lo único que hizo, fue abrir la boca y mascullar:

—¿Por qué demonios habría yo de jugar contigo?

Sobre todo, ¿por qué siquiera pensaba Dazai que sería buena idea ir a molestarlo con una idea así de estúpida? ¿De verdad creía que iba a caer tan fácil ante semejante propuesta que ni siquiera tenía que ver con él...?

—Vamos, traje vino.

Con aquella frase, solo hubo un segundo de duda, el segundo que bastó para que la mirada de Chuuya se trasladara a la botella de vino que Dazai meneaba con una mueca traviesa al otro lado del escritorio. Los ojos azules se entrecerraron con molestia y oprimió el bolígrafo que tenía en la mano, casi doblándolo aunque no alcanzó a partirlo. Su mandíbula se apretó y, suspirando de forma alta y ruidosa, se echó hacia atrás en su asiento, cruzándose de brazos.

—Okay, ¿qué demonios quieres? —farfulló finalmente, viendo con furia a Dazai.

El castaño emitió una risita tonta, a lo que Chuuya gruñó molesto, sabiendo que era su expresión de satisfacción al saber que lo había provocado lo suficiente. Arrastrando una silla hasta su lado, se sentó al revés en ella, apoyando los codos en el respaldar.

Yo nunca, nunca |Soukoku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora