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Rose se levantó más temprano que cualquiera de las chicas en su habitación, ella estaba acostumbrada a trasnochar y al otro día levantarse temprano. Durante varios años en su vida se pasaba horas y horas estudiando, hasta la madrugada y al otro día ella sería la primera en estar despierta estudiando, era muy exigente con ella misma en esos tiempos, no dejaría que nadie le ganara en nada, era la mejor de su clase, en todas sus clases y la mejor en quidditch también, todos se preguntaba cómo hacía para ser tan buena en todo.

Claro tras varios años de sentir y obligarse a ser la mejor en todo y cumplir con todo y hacer incluso más de lo que le pedían, desarrollo ansiedad y allí fue cuando sus padres tuvieron que ponerle un alto y obligarla a bajarse de alguna de sus clases, dejar el quidditch y asistir una vez a la semana al psicólogo, idea de su abuela materna. Eso en verdad la ayudó y al cabo de un año había aprendido a relajarse e incluso pudo volver a jugar al quidditch.

Empezó a dormir y despertar a horarios normales, a socializar más y a relajarse un poco, no mucho pero un poco.

Al cabo de un año dejó de tener ataques de ansiedad diariamente, sólo ocurrían cuando estaba estresada, enojada, o cuando se sentía impotente. Lo peor era cuando sentía varias de esas emociones a la vez.

Esto ocurrió en su cuarto año, ahora, en su sexto año ya no tenía ataques de ansiedad en ningún momento, ella estaba orgullosa de ello, habían pasado un año sin un solo ataque.

Tras los eventos de la noche anterior, los recuerdos de sus primeros años en Hogwarts en los cuales se exigía a muerte volvieron a su cabeza, también los recuerdos de sus ataques de ansiedad volvieron, eso no le gusto en nada, sintió que le empezaba a faltar el aire y temblar las piernas, respiro hondo varias veces y pudo controlarlo. Los recuerdos de esos años todavía le afectaba y la hacían sentir vulnerable, intentaba no pensar en su cuarto año, nunca, pero a veces era imposible, los recuerdos volvían solos a ella, como era el caso en ese momento.

En un principio cuando recordaba ese año y sus ataques necesitaba de un familiar o amigo para calmarla y prevenir que el ataque de ansiedad se volviera serio. Tras meses aprendió a controlarlo sola, aprendió técnicas para evitar que se volviera grave.

Hacía mucho tiempo no le eran necesarias, hoy lo fueron, se sintió mal por ello, como si hubiera retrocedido y perdido todo lo avanzado. Se sentía vulnerable, decidió mantener su mente ocupada.

Se cambió en su uniforme de Hogwarts y despertó a Lili, le dijo que se cambiara y despertara a Emma y Lisa dentro de unos minutos y que ella iba a intentar hablar con Hugo. Lili gruño con cansancio, ella no estaba acostumbrada a dormir tan poco, habían dormida cuatro horas.

Bajo a la sala común, muy poca gente se encontraba allí, la mayoría se encontraba o en sus habitaciones todavía luchando por despertar o en el gran comedor desayunando.

Encontró a la persona que ella estaba buscando, se acercó a su hermano sentándose a su lado.

-Buen día - saludó sentándose, Hugo se levantaba para irse - no, no te vallas - agarró a su hermano del brazo

-me quiero ir Rose - intentó liberarse del agarre de su hermana en vano

-Hugo, ¿podemos hablar? - la voz de Rose era neutra, no mostraba ningún tipo de emoción

-No, Rose - logró liberarse del agarre de su hermana

-Hugo, por favor - Rose le rogaba a su hermano, quería saber por que no había confiado en ella

-Rose, no tenemos de que hablar - Hugo se estaba yendo

-HUGO! ÉSTO NO ES JUSTO - la voz de Rose sonaba más enojada

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