Los gritos desesperados le alertaron a salir del escondite. Terminó de ajustar el turbante asegurándose de no dejar ni un rastro de cabello visible, como siempre.
— ¿Qué habrá pasado?– preguntó Luhan, volando hasta su hombro para que ambos fuesen a abrir la puerta y salir a un nuevo día.
— No lo sé.
Chanyeol abrió, encontrando movimiento por el pasillo y mientras seguía caminando se dio cuenta que en realidad era así en gran parte del palacio. Se sintió confundido y extrañado por la actitud de todos, tanto guardias como sirvientes; su entrecejo se remarcó y creyó mejor ir directo a la fuente de todo.
¿Y quién más haría que el palacio entero se moviera a esa magnitud?
— ¡Alteza!– gritó tan pronto lo encontró en el salón del trono. Junmyeon estaba aterrado, pálido y con su camisa pegada en su cuello debido al sudor que transpira. Chanyeol se puso ansioso de sentir el temblor en sus manos cuando amago sostenerlas con urgencia.
— ¡¿Lo has visto?!
— ¿Qué? ¿A quién, majestad?– nunca antes había contemplado al sultán perder el control de nuevo, casi nada lograba hacerlo. Sólo quedaba una persona que pudiera.
Se veía con ojos desorbitados, sujetándose el cabello con fuerza y casi podía notar el atisbo de unas lágrimas en las esquinas de tanto que parpadea.
— N-no. No. No. ¡No! Nadie lo ha visto. – repitió eso que ya todos sabían —Mi Baek. Mi pequeño. Mi niño ¿Dónde-
— Majestad, dígame qué sucede. – intentó volverlo en sí una vez se dio cuenta que estaba al borde de un colapso. Le tomó del hombro con toda la libertad del mundo -algo que realmente no debía hacer pero poco le importaban las formalidades ahora- para hacerlo encararlo de nuevo y encontrar esa mirada perdida.
— Baekhyun desapareció. – Luhan sintió cuando los hombros del otro se soltaron, dejando escapar el poco aire en sus pulmones, mientras agranda los ojos con asombro —Nadie lo vio salir, ni que alguien más entrará.
¿Qué? ¿Cómo?
Protégelo
Se suponía que debería estar ahí, saliendo de su morada, quejándose de su encierro y preguntando qué habría de desayunar. Que la noche anterior cenó con ellos y luego se fue a su habitación, fingiendo que nada ocurría, que hablarse con seudónimos formales a la regla ya que era costumbre aunque ellos a veces no las seguían.
Ni siquiera sintió cuando el sultán se alejó al grupo de guardias más cercano para preguntar sí encontraron algo.
Jamás creyó estar en esa situación. Nunca antes habían tenido al príncipe tan fuera del radar que sentía su pecho caerse al fondo de un agujero infinito.
¿Por qué no le dijo? ¿Tanto así había perdido la confianza con él?
Protégelo
Un costado de su cabeza dolió. Chanyeol no tenía esa capacidad para encariñarse con los demás -no como antes-, pero eso no significaba que no le tuviera ni una pizca de afecto todavía, que creer que simplemente se ha borrado del mapa le pone inquieto.
Podía ser sumamente irritante algunos días, pero suficiente tenía con lo demás como para ahora tener que salvaguardar la vida del joven soberano desde un punto desconocido. Tenía que aparecer, o al menos asegurarse de que estaba a salvo. Sí.
El príncipe necesitaba estar a salvo.
¿Lo estaría? ¿Él se fue? ¿Se lo llevaron? ¿A dónde? ¿Cómo?
ESTÁS LEYENDO
Rough Diamond / ChanBaek
Fantasy🔹Los villanos también merecen un final feliz🔹#5 -Te presento la Cueva de las Maravillas, algo con lo que pudiste simplemente soñar hasta este momento. Sólo debes entrar, sacar la lámpara y traerla ante mi ¿Comprendes? Es muy sencillo. ▶El remordim...