Kohaku llevaría unos seis meses metida en ese agujero. Había perdido la cuenta. Solo recordaba que hace menos de un año todo era normal.
Haría unos 10 meses se empezó a especular sobre que había brotes Por Estados Unidos de una mutación de la rabia. Solo que esta afectaba sobre todo a los humanos para mal y se volvían muy agresivos.
Al principio en Japón nadie le dio importancia a esa nueva enfermedad. Según los medios estaba siendo controlada y no había de que preocuparse. Pero en menos de un mes todo se fue a la mierda. Para cuando cerraron las fronteras en Japón el virus ya había entrado y seguiría entrando de forma ilegal.
Todo el mundo se sumió en el más absoluto caos y la gente se empezó a comportar como yonquis. El mercado de armas hizo auge en absolutamente todos los países. Sobre todo armas de fuego. Aunque estas no ayudaban mucho, ya que los disparos atraían a los infectados. Lo mejor eran las armas blancas. Aunque su clara desventaja es que eran de a cuerpo, y eso no ayudaba mucho en medio de una horda, que en una ciudad tan grande como Tokyo, es casi como siempre aparecían los infectados. Para Kohaku las mejores armas eran su ballesta, su arco y si eso su bate lleno de clavos. Obviamente se había hecho con una pistola. En concreto una Beretta, pero casi no la usaba ya que en Tokyo como gran ciudad que era, habitaba mucha gente, y en consecuencia había muchos infectados. Con el sonido de un solo disparo podría a atraer a medio millón de infectados. Y no es que una sola persona como ella pudiese hacer frente a tal cantidad de infectados.En lo que a ella respecta su vida no era que se diga perfecta ni nada por el estilo. Su vida adolescente estaba plagada de problemas, desde su enferma madre con la que vivía, hasta su enferma hermana que padecía al igual que su madre neumonía. Sus padres estabas separados. La custodia la debería haber ganado su madre, pero su padre que tenía más dinero y teniendo en cuenta que su madre tenía una enfermedad y requería atención, consideraron que la custodia debía ser de su padre, a pesar de haber sido un maltratador con su madre. Pero además se sumó el hecho de que su hermana mayor Ruri también estuviera enferma y una enferma no podía cuidar a otra enferma. Así le dieron la custodia a su padre. Ella en un acto de rebeldía y apiadándose de su madre, aprovechó que su padre se comportaba bien con su hermana, para fugarse y cuidar a su madre. Su padre se enfadó a tal punto de no dejarla ni un céntimo en la herencia. Pero eso, honestamente, no le importaba una mierda a Kohaku. Su madre probablemente se estaba muriendo, prefería pasar los últimos años que la quedaban junto a ella, no quería arrepentirse después. De esa forma también conseguía hacer videollamadas con Ruri para que también viera a su madre (todo a espaldas de su padre, claro).
Sin embargo llevaba ya casi cuatro años junto a su madre y empezaron las noticias sobre la nueva enfermedad.
En menos que canta un gallo, lo que aproximadamente fueron unas tres semanas, la enfermedad llegó a Japón. Y en menos de una semana ya había infectados por su barrio, escuelas suspendidas ya desde haces más de tres días. En resumen se paró todo. En menos de un mes.Ella vivía junto con su madre en un edificio no muy alto en un quinto piso. Al ya haber infectados por casi toda la ciudad y por sus mismas calles, Kohaku salió a toda velocidad (era muy ágil y atlética) a por recursos para comer y un bate. Al llegar a su casa junto a la ayuda de su madre hicieron una barricada en la puerta. Pusieron maderas en la puerta con clavos y un armario muy pesado delante de esta. No sabían cuanto aguantarían allí encerradas. Kohaku había cogido mucha comida, pero obviamente se terminaría algún día y eso por no hablar de si los infectados conseguían entrar. Los infectados no corrían, eran medianamente lentos. Pero eran muy agresivos. Si te mordían en unos pocos minutos (dependiendo de tu grupo sanguíneo) la infección te llegaba al cerebro y quedabas como ellos, bestias sin consciencia y hambre insaciable. Los malo es que aunque fueran lentos, tenían un olfato muy agudo, olían a vivo aunque te impregnaras con sangre de muerto o algo. Su sentido más desarrollados eran el olfato y el oído. Mientras Kohaku aprendía sobre las posibles debilidades de los infectados, su madre empeoraba su condición al no tener medicinas. A la semana de estar encerrada en la casa a su madre la empezaron a dar ataques de tos cada vez más fuertes al punto de que empezó a toser sangre. Una semana después falleció. Kohaku estaba devastada. Ni siquiera sabía que hacer con el cuerpo, el olor a podrido podría ser un gran problema para su salud e higiene, y eso por no pensar en los infectados. Con el más terrible de sus dolores tuvo que tirar a su madre por una ventana. Tal como sospechó el olor atrajo a infectados y de lo más agresivos además. Si la hubiese dejado en su casa... Igual ya estaría muerta. No es que no sintiera nada por su madre. Ella era una chica bastante impulsiva, pero eso no la convertía en una tonta. Y sabía perfectamente que en esos momentos y más cuando acababa de morir su madre, no podía permitirse el lujo de andar sentimental y enterrarla en medio de esa situación. En estos momentos debía mantener la cabeza fría y pensarlo todo evitando cualquier sentimiento por alguien que ya no tenía salvación.
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Zombie Vaccine (Senku x Kohaku)
FanfictionUn brote. Una enfermedad derivada de la rabia pero que afecta a las personas pudriendo su cuerpo pero asombrosamente manteniendo parte del cerebro intacta para poder alimentarse. Kohaku en medio de todo esto se queda sola en Tokyo, capital del vir...