II

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En cuanto llegué, empecé a tocar el timbre rápidamente, al mismo tiempo sentía mi profesionalismo escaparse de mi, llame al numero de la casa ya en completa desesperación. El señor Bennet no me dijo quien estaba mal, ni que tenía así que me obligue a respirar y a ver los expedientes de los tres, okey hay un límite para dejar a alguien esperando en la puerta de su casa, empecé a tocar la puerta, cuando esta se abre, abro los ojos como platos al ver a ¿Jack? el era mi ex, recuerdo que cuando me terminó repentinamente, me dolió muchísimo, lo había amado con el alma, el se veía mas maduro y guapo.

— Disculpe, creo que me equivoque de casa

le dije para después voltear y empezar a irme, entonces mi mente hizo click y voltee hacia él.

— Espere

dije antes que cerrara la puerta.

— ¿Es usted el padre de Benjamín, Katrina y Oliver?

le pregunté dudosa

— Sí soy yo, ¿es usted la pediatra?

me pregunto ansioso.

— Lo soy, ¿podría guiarme hacia donde están los niños y decirme que les pasó?

le dije con todo mi profesionalismo volviendo a mi sistema, él me guió hacia el cuarto de los mellizos, otra vez el mismo dejavu.

— La niñera llevo a mis niños al parque sin yo saberlo y parece que dejó a un niño con varicela acercarse a los mellizos.

dijo él con molestia detonando en su voz.

— Oh, pero la varicela no es grave en niños menores, solo hay que vigilarlos.

le dije mucho más calmada que antes, en eso vi a Benjamín correr hacia nosotros, yo apuré el paso hacia la habitación al llegar a mi el sonido del llanto de los bebés, en cuanto llegué, empecé a calmar a Katrina y a revisar de paso como estaba, dejó de llorar y empezó a sonreír, felizmente Oliver también estaba bien.

— Creo que un baño los hará sentir mejor, señor Bennett.

le dije, en cuanto asintió fui a cargar a Katrina, para llevarla a preparar la tina para los dos; si el cuarto de los bebés era bonito con su pintura celeste cielo y sus cunas blancas, el baño era espectacular, era de color blanco y se veía impecable, tenía ducha y bañera.

Empecé a llenar con agua tibia, una piscina para bebés, que parecía ser en donde los bañaban, les puse un par de patitos, para después ir por Oliver y desnudarlos a los dos, los dejé en la cuna de Oliver para ir por dos toallas limpias, y me voltee encontrándome a un Jack observando cada movimiento que hacía, Benjamín estaba en los brazos de Jack.

— Benjamín, ¿me ayudas a bañarlos, por favor?

le dije, necesitaba un ayudante y Benjamín ya tuvo varicela.

— Yap.

dijo mientras se escabulle de los brazos de su padre, él lo mira sorprendido, aunque Benjamín era muy niño para poder ayudarme en serio, el podía ayudarme pasándome las cosas y de paso desarrollar responsabilidad con los mellizos.

Para cuando terminamos de bañar a los mellizos, ya son las nueve de la noche, cuando termine de cambiarlos, Benjamín se había dormido en el único sillón que estaba en la habitación. Jack llevó a Benjamín a su cuarto, mientras yo arrulle a los más chicos, en cuanto se durmieron cogí mis cosas y eche carrera para la calle.

Okey estaba huyendo lo admito, pero es mi ex, es mi primer todo, desde el primer novio que tuve hasta mi primera vez; aunque el mismo día que festeje mi compromiso con el indeseable, el vino a buscarme porque quería huir conmigo, y yo de insegura e dolida le dije que no, daría todo por haber dicho que si, pero lo hecho, hecho está.

— ¿No te vas a despedir?

dijo en las escaleras, si estiraba mi mano llegaría a el pomo de la puerta.

— Hasta luego, señor Bennet

le dije sin voltear.

— No hay formalidades entre nosotros, Clark.

dijo él, haciendo que recuerde el extraño apodo que me puso en secundaria, me voltee.

— Hasta luego, Frost.

le dije viendo como se acercaba, tenía unas ganas horribles de agarrar el mechón castaño rebelde, como todo su cabello, que tapaba su frente, cuando estuvimos cara a cara.

— Hacía mucho que no me llamas así.

dijo él con tono melancólico, le sonreí, hace tiempo que no nos veíamos.

— Hace tres años que no nos vemos.

le dije, perdiéndome en sus ojos mieles iguales a los de Benjamín.

— Señor, ¿no va a invitar a la señorita a cenar?

dijo una señora que vestía un uniforme de limpieza.

— Claro que sí, señora Jhonson, ¿quieres cenar conmigo, señora Mason?

dijo él coqueteando, yo me mordí el labio inferior sintiendo toda mi piel erizarse, mi cuerpo reacciona a él por sí solo.

— Soy la srta. Clarkson en realidad, sr Bennett, y dudo que la sra. Bennett esté de acuerdo con vuestra propuesta.

le dije siguiéndole el juego, la verdad espero que la mujer de la casa no se moleste, me dejaría devastada no volver a ver a los pequeños, aunque él parecía encantado con esa respuesta.

— De hecho no hay tal señora, la mamá de mis hijos y yo estamos separados, y todavia no encontre la mujer ideal para ese puesto.

dijo con seguridad, mirándome fijamente a los ojos, si alguien me tocará, diría que estoy hirviendo en fiebre, este hombre me va a matar, la sra Johnson desapareció hacia la cocina, dejándonos completamente solos.

Shines in the night for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora