Capítulo 5.

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Inocente.

"Inocente". La palabra que ella esperó escuchar. Ahí estaba. Ella siempre supo que saldría ilesa de toda culpabilidad. A pesar de esos dos años, ella sigue siendo la Doña. Muchos la siguen respetando. Y en este momento es cuando más necesita mantener ese respeto.

Mónica corrió a verla, y Saúl la detuvo porque no permitían que nadie se le acercará. Sin embargo, dos de los guardias quitaron sus manos y le permitieron el paso a Mónica con un pequeño gesto. A lo qué Altagracia reaccionó inmediatamente.

¡Aquí no! ¡Aquí no Mónica!

Aún siendo su hija, y haber regresado a México por ella, le sigue costando aceptarla. La ama, da su vida por ella, pero necesitan un tiempo de madre e hija, muy íntimo, y un tribunal, no era el lugar correcto. Mónica entendió perfectamente.

Te espero en mi departamento, ya tienes la dirección. Puedes ir cuando gustes, hija. - sonrío débilmente.

Está bien, mamá.

¡Altagracia! - exclamó Saúl intentando llamar su atención y buscando esa mirada que ella le había dado hace unos minutos en el estrado.

Ella se dió la vuelta... ¡Licendiadito! ¿Qué ironías no? Aquí estamos de nuevo. - rió amargamente provocando las miradas de dos hombres, Saúl y León.

¿Puedo hablar contigo en privado? - preguntó Saúl bastante ansioso.

A lo qué Altagracia respondió tajante, un rotundo. No.

Deberías hablar con él, mamá.

Ahora no, Mónica. Vayan a mi departamento más tarde.


Disculpen lo corto del capítulo. Pronto viene mi mejor de esta historia.

❤️

Después de mucho tiempo... más humana. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora