๛• ∂αγ 19 ·࣭̣࣪̇⸱

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Curando el corazón del otro.


Una figura se encontraba parada en el jardín, delante de una lápida y con flores en mano. El cielo lloraba junto a él por la pérdida de una vida, una joven vida que había coloreado de arcoíris la vida de Alex y ahora... ahora no estaba a su lado.

Ya no estaba aquella manita que le agarraba algunos dedos y le jalaba para ir a jugar, ya no oiría la voz de su niña pidiéndole que le hiciera una tarta y nunca más se desvelaría esperando a que la pequeña durmiera tranquilamente.


---*---


Los recuerdos de la desgracia son borrosos para él, podría decir que todo pasó muy lento pero estaría mintiendo. Apenas rememora el grito de Luzu, advirtiéndole, no recuerda que movimientos hizo para matar a los monstruos pero recuerda lucidamente ver a su pequeña caer con un grito.

Al deshacerse del zombi que había atacado a la niña se dio cuenta de sus heridas y de la sangre que escapaba de ellas. En el fondo escuchaba a Luzu gritándole aunque sonaba más como zumbidos molestos en su cabeza en ese momento.

Su primera reacción fue maldecir y enojarse aun con su hija en brazos.

- Papi... - susurro la pequeña.

- ¿¡Porque tiene que pasarnos esto a nosotros!? ¿¡CUALES ERAN LAS MALDITAS POSIBILIDADES!?

Seguía gritando Alex exasperado, sintió un jalón en su camisa por lo que bajo la mirada, encontrando a su angelito aún más pálida de lo que era normalmente.

- Hace mucho frio papi.

- Lo sé, te voy a llevar a casa ¿okey? - no hubo respuesta - Vamos a ir a que te curen... ¿Asukarr?

La sacudió un poco al notar como no abría los ojos. Se levantó rápidamente con el cuerpo de la niña en brazos negándose a pensar que podía ya estar muerta y sin querer tomarle el pulso. "Solo está cansada o solo se desmayó, seguramente es eso... sí, solo eso".

- Alex... -oyó una voz a su espalda.

- Déjame Luzu ¿no ves que estoy ocupado?

- Alex

- Debo encontrar un médico pero el hospedaje está muy lejos y-

- ¡Alex, ella está muerta! - no se escuchó nada por parte del de casco - Ha desangrado mucho Alex, solo mirala.

Con lágrimas en los ojos pudo ver a su pequeña niña colgado como un trapo en sus brazos, sin vida. Como dijo su amigo que se encontraba detrás de los barrotes, presenciando todo.

De ahí, todo es borroso. Es como si fuera otro Alexby quien recibiera el pésame de sus amigos y los pobladores, otro Alex durmió fuera de su casa porque no soportaba los llantos de su esposa que solo le desgarraban más su corazón. Solo sintió el corazón vacío, roto que cada vez se agrietaba más cuando recordaba la risa de hija o las veces que la niña le perseguía a todos lados, rogándole que le llevará con él. Si aquella tarde no le hubiera llevado al trabajo, tal vez...

La soledad se volvió su mejor amiga hasta ahora, la hora del entierro. Nadie se hallaba allí por pedido de Alex, ni Amidala que nunca se atrevió a ver el cadáver de su hija. Solo él y las dos lápidas que fueron plantadas detrás de la montaña con las bellas vistas que Alex siempre había admirado.

Alexby sintió cómo su vida decaía como si no hubiera ninguna razón más por la que respirar. Lo sintió con cada poro de su piel, por eso, cuando Fargan sintió lo mismo con su hijo Alex estuvo para él.

Lo alentó y lo escucho cada vez que se desahogaba y terminaba llorando por su criatura como en un día lo hizo Alex. Porque perder un hijo no tenía nombre y era la peor sensación que un padre o madre sentiría. Alexby lo hizo y no dejaría que Fargan, aquel rayo de luz, se apagará.  

─ཹ🌹 Fargexby Month Donde viven las historias. Descúbrelo ahora