𝔸𝕚 𝕂𝕒 𝕊𝕙𝕚𝕥𝕤𝕦𝕣𝕖𝕟 / 𝔸𝕞𝕠𝕣 𝕆 ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫ó𝕟 ℝ𝕠𝕥𝕠
-Cinco historias de amor diferentes.
-En esta historia, se verán cinco parejas distintas, todas y cada una de ellas con una historia diferente para contar.
-¿Podrán estas cinco parejas...
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-N. O.-
La noche pasaba y Rubén seguía en el bar, sus amigos habían regresado a donde él y le habían preguntado si quería irse ya, pero Doblas, sorprendiendo a sus amigos, respondió que quería quedarse un rato más.
- ¿Estas seguro que quieres quedarte? Rubén.- Ya les dije que sí, joder, otro rato más y ya - Me sorprende que no quieras irte ya... Pero bueno, quedémonos un poco más entonces, celebremos como se debe
Los amigos del chico pidieron unos tragos,y una vez que se los entregaron comenzaron a beber.
Doblas hablaba animadamente con ellos, mientras bebía uno de los tragos que el castaño le había preparado.
Curiosamente, se sentía cómodo, no quería regresar a casa aún, solamente porque aquel bartender le había prometido charlar un poco cuando no tuviese a nadie a quien atender, por lo que Rubén esperaría hasta que el chico estuviese desocupado.
Le miraba de vez en cuando mientras hablaba con sus amigos, esperando por el momento en el que se acercara a él de nuevo, porque sentía que realmente habían congeniado a pesar de haber hablado tan sólo unos pocos minutos.
— Oye, Rub, por cierto ¿No has pensado en comenzar a salir con alguna chica? Rubén.- No tengo tiempo para esas cosas, además, una novia sólo me quitaría tiempo — Tampoco lo digas así, hombre Rubén.- Saben que esas cosas no son lo mío... Además, saben que me van mas los chicos – Bueno, entonces un novio, aquí hay mucho de dónde elegir — No, no, aquí no... Es de los peores lugares para encontrar pareja Rubén.- Ya encontraré a alguien, tampoco quiero apresurar las cosas — Es bueno que te tomes tu tiempo
Doblas se perdió en la conversación, pues, al haber dicho aquella frase instintivamente miró al castaño del otro lado de la barra, atendiendo a algunos clientes.
"Puede que ya lo haya encontrado..." pensó.
Fue entonces que, el bartender se giró, encontrándose con la mirada del chico. Tan sólo le sonrió y siguió con lo suyo, Doblas apartó la mirada y tomó uno de los tragos que había en la barra, avergonzado.
Sólo esperaba que el castaño no se diera la idea equivocada...
Minutos después, Rubén seguía charlando con sus amigos, hasta que el bartender se acercó.
Samuel.- ¿Necesitan algo más? Rubén.- *Sonríe* El pedido que hice hace unas horas Samuel.- Bueno, supongo que estoy libre ahora Rubén.- Bien, entonces... ¿Samuel? Samuel.- Correcto, Rubén Rubén.- Usualmente no vengo a este tipo de lugares... Pero no está tan mal Samuel.- Me alegra que te guste, aunque hoy en específico está siendo una noche bastante tranquila Rubén.- ¿Suele ser diferente? Samuel.- Bueno, depende de los clientes que vengan... Habitualmente no suele haber demasiados problemas, pero ya sabes, en un bar todo puede pasar Rubén.- Pues me alegra que hoy esté tranquilo
