2. {ιᥒqᥙιᥣιᥒos}

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El día parece estar lindo afuera, hay bastante sol y la temperatura es amigable a pesar de estar en pleno verano.

Me gusta mucho mirar por la ventana y ver a la gente hacer sus vidas en las calles del barrio. Los nenes juegan a la pelota y se ríen mucho, me recuerda a cuando era chico y jugaba con mis amigos.

En el departamento del frente está entrando y saliendo gente desde hace rato, llevan cajas y bolsas repletas de cosas, así que supongo que se trata del nuevo inquilino del que se viene hablando desde el mes pasado. Si mal no recuerdo, es el nieto de Margarita, la mujer que vivía ahí anteriormente y que en paz descanse.

"Están heavy con la mudanza." Tadeo se apoya de la misma forma que yo en el lado libre de la ventana. "Parece que quedaban muchas cosas de Marga todavía y las están sacando." Me pasa el porro que acababa de prender y le doy una calada antes de devolvérselo.

"Hace rato no tenemos vecinos nuevos."

"Tengo entendido que es joven, así que puede ser que tengamos un amigo nuevo."

Asiento todavía mirando a la puerta de enfrente, me da un poco de lástima que saquen las cosas de Margarita, era casi como la abuela de toda la juventud del barrio. Cuando éramos pendejos siempre hacía cacerolas enormes de chocolatada y nos la repartía en casa para la merienda, y cuando podía se amasaba unas galletitas para chuparte los dedos antes de siquiera terminar de comerlas.

Ojalá el nieto también sepa amasar.

Lo que sigue de la tarde lo gasto poniendo mis ojos en los resúmenes de la facultad, arte dramático es algo que me gustó siempre, pero sería más fácil si pudiera recibirme sin estudiar porque mis neuronas están bastante quemadas. Me distraigo poniendo mis ojos en el techo, algunas manchas de humedad son visibles y creo que debería pintar un poco, aunque nadie se fija mucho en el techo a no ser que se acuesten a meditar sobre su vida como yo lo estoy haciendo.

Escucho un quejido por la ventana, me da curiosidad pero no me muevo.

"La puta madre..." Una voz femenina murmura cadenas de insultos haciéndome fruncir el ceño, así que me levanto de mi lugar y abro solo unos centímetros de la cortina para saber qué es lo que pasa.

Hay una chica en la puerta del departamento de Margarita, está luchando con una pila de cajas que lleva en los brazos mientras intenta abrir la puerta sin que se le caigan todas las cosas, puteo por lo bajo cuando veo a Baco saltándole emocionado, le dije al Depa mil veces que se asegure de no dejarlo afuera y nunca me escucha.

Suspiro rendido cerrando la cortina y salgo de mi cuarto para buscar las llaves, a ella no parecía molestarle que él le estuviese saltando, pero podía llegar a hacerla tirar todas las cajas y yo quería evitarme la vergüenza de decir que fue mi mascota la que causó ese desastre.

"Te dije que entres al perro, boludo." Reproché cuando lo vi tirado en el sillón totalmente ajeno a lo que pasaba afuera.

Él solo se rió murmurando un 'Uy' e ignorando mi mirada molesta. A veces era tan pajero que se volvía hartante.

Abro la puerta y me quedo apoyado en el umbral cuando la veo acariciando a Baco de forma amistosa y pidiéndole que dejara de saltar por un segundo. Me enternece un poco que, incluso teniendo la cantidad de cosas que lleva con ella que corren riesgo de caer en seco al suelo, se toma el tiempo de tranquilizar a un animal que ni siquiera conoce con toda la paz que puede.

"¡Baco!" Lo llamo silbando, haciendo que se giraran los dos para poner sus ojos sobre mi, lo que me hace sentir un poco intimidado porque ahora logro verla a ella con claridad.

Su pelo es un rubio tirando a castaño, no logro ver muy bien el color de sus ojos por la distancia entre puerta y puerta, pero creo que son claros. Es linda, muy linda.

One Shots • 𝒘𝒐𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora